Lunes de cine: Deadpool 2.

¡Buenas una semana más!

Este lunes venimos con secuela. Una de las más publicitadas… y esperadas del año. Irreverente, deslenguado, le confunden con Spiderman… En fin, ¿quién más podría ser?

Deadpool 2 (IMDB)

ADVERTENCIA: ¡RESEÑA NO APTA PARA MENORES DE 18 AÑOS!

(igual que la película, pero es que eso a alguno se le olvida. Y lo sé por niños de once años que me han dicho a la cara que «Deadpool», la primera película, les encantó).

Dicho lo cual, que el que avisa no es traidor, me remito lo primero al eslogan de la mayoría de los carteles y stands promocionales que se han montado de «Deadpool 2»: «Más grande, más dura».

Y no, no estamos hablando de la minga de Ryan Reynolds, que también asoma en un momento dado.

Hablamos de la película en general. En la primera, conocimos la historia del personaje, por qué tiene los poderes que tiene y a causa de qué termina siendo semejante rata de laboratorio alias bomba de relojería que es Masacre. Había mucha violencia (diría que incluso más que en esta, aunque quizá la memoria me quiera fallar), mucha palabra malsonante y mucho, mucho humor.

Eso es algo que en esta, la verdad, no defrauda tampoco. Si entras sabiendo lo que vas a ver, aunque sea MARVEL y te lo digan antes del primer fotograma en letras bien grandes (algo que parece significar «ancha es Castilla, o que se lo digan al nene de cinco años que tenía detrás en «Infinity War». No, no fue precisamente Peppa Pig y sus amigos esa película, tampoco…), no habrá sustos y de hecho es posible que te lo pases bien no, lo siguiente. Ahora bien, reitero: es una película para ADULTOS. Punto. Es que no hay más que decir.

Deadpool, por si no había quedado claro aún, es un antihéroe, no hace cosas éticas y/o heroicas y eso le lleva a pelearse con todos los que le rodean y quieren hacer el bien. Con los que apoyan sus métodos, eh, todo chachiguay del paraguay. Quizá no sea una película «familiar» en el sentido que la mayoría entiende (aunque en otros sí lo es, hay que creer a tito Deadpool en eso…), pero también te hace reflexionar. ¿Qué es lo correcto en un momento o en otro? ¿Es siempre válido el mismo modus operandi para resolver los conflictos?

Por otro lado, está la trama de amor de fondo entre Vanessa y Wade, la cual hará reflexionar al protagonista durante toda la cinta sobre su propio concepto de la familia y cuál es su verdadero plan en el Universo. ¿Está preparado para ser padre? ¿No? Habrá que descubrirlo…

Ah, por cierto, ¿a nadie más le ha llamado la atención que, justo Disney compra Fox (productora de Deadpool) y aparece en esta película un niño obeso, moreno y que se llama Russell? Yo solo lo digo…

Como conclusión, quizá comparando con la primera sentí que decaía un poco el punto canalla de la historia, irónicamente, por la intensidad que le dan al trasfondo amoroso y sentimental de Deadpool, pero también es un punto de inflexión entre las chanzas, los palos, la sangre y las palabrotas. No es una película que se haga nada larga, tampoco, de hecho se pasa volando. Y lo dicho, a los que les guste este «antisuperhéroe» y sepa de qué va el asunto, la va a disfrutar de principio a fin.