¡Buenas tardes, amores cinéfilos! Espero que estéis bien. Por aquí, como viene siendo costumbre cada dos semanas, os traemos otro de los estrenos de antes del verano más esperados por los fans de una de las mejores series tradicionales británicas de los últimos años… Como recordaréis, ya reseñé a su predecesora en la Navidad previa al COVID-19 en 2019, pero… ¿Qué habrá sucedido en esta nueva ocasión? Os lo cuento más abajo ❤ ¡No faltéis a la cita!
Tras independizarse Rose de la familia y el reencuentro familiar sucedido hace algunos meses, la vida sigue tranquilamente en la apacible campiña inglesa. O, al menos, hasta que el rodaje de una de esas primeras «imágenes en movimiento» pretende establecer sus escenarios en la gran mansión de los Crowley. Los tiempos de entreguerras siguen sin ser benévolos con la antaño poderosa nobleza británica y la casa necesita liquidez de forma urgente, así que el conde y su familia no tendrán más remedio que aceptar a esa «extraña farándula» que causa furor entre sus empleados y pasar el tiempo lo mejor posible hasta que se vayan. Por otro lado, la ocasión para disfrutar de la paz de la costa parece llegar de improviso de la mano de una extraña herencia destinada a la Condesa Viuda… en el Sur de Francia. Misterios del pasado, nuevas tentaciones y algún que otro secreto amenazan con surgir y poner patas arriba la unidad familiar de los Crowley… ¿Será el tan temido momento de la caída de Downton Abbey?
RESEÑA

Como comentaba más arriba, COVID-19 mediante esta era una secuela de más de esperada por parte de todos los fans de Downton Abbey sin excepción. Por lo poco que estuve metida en algunos grupos de Facebook, confieso, los ánimos estaban caldeados desde el minuto 1 en que se anunció y las teorías volaban de un muro a otro como la pólvora, sobre todo cuando empezaron a salir algunas imágenes iniciales del metraje.

En este sentido, quizá quiero empezar la reseña con algo que no necesariamente es un spoiler, pero que me hizo gracia en el momento pre-estreno con la gente teorizando… y es que una de las primeras imágenes que salió fue una indicación de un funeral de un miembro de la familia. Por supuesto, corriendo los rumores de que esta sería la última aparición también de Maggie Smith como la Condesa Viuda en la franquicia, todo el mundo dio por hecho de que lo primero que nos regalaría la cinta sería el entierro de la buena mujer…

Para bien o para mal, no fue así 🙂 Maggie Smith os puedo prometer que nos regalará unas cuantas de sus mejores escenas en esta cinta hasta el final y sus fans estarán más que encantados con ello. Y, no sé, pero diría que a la actriz al menos todavía le queda carrete para rato en su carrera, sea en Downton o fuera de él 😉

Por otra parte, en esta ocasión me resultó muy interesante el hecho de que se metieran a jugar con la revolución que supuso la aparición del cine a nivel ya más popular y conocido por todos los estratos de la sociedad. Más aún, la transición justo en esos años del cine mudo de rigor y existente hasta la fecha hacia el cine con sonido y diálogos. Esta parte en particular da mucho juego a la trama secundaria digamos del reparto presente en la mansión y cómo se revela que en el fondo una cara bonita puede no serlo todo y enseñar a alguien a recuperar su buen corazón y su fuerza interior puede ser cuestión de paciencia y un poco de comprensión.

Como tercera indicación y quizá en un tono menos positivo, reconozco que es una película que me gustó algo menos que sus predecesoras (incluyendo serie) quizá porque la parte romántica no está tan a la orden del día. De cualquier forma, en este caso vemos una trama mucho más centrada en la familia, los secretos del pasado y qué puede suponer para la estabilidad del legado Crowley en muchos sentidos.

Me hizo bastante ilusión que finalmente Tom pudiese casarse -de nuevo, principio de la película- y que pareciese que todavía le consideraban una parte valiosa de la familia a pesar de todas las penurias pasadas en todos los años anteriores. Por otro lado, el ímpetu de Edith para retornar a su trabajo incluso procediendo de una familia noble y acomodada siempre es un punto de referencia agradable, e incluso Mary parece que tiene una visión algo distinta y más madura del mundo en esta entrega, considerando que de nuevo la suerte en el amor no le sonríe como esperaría. Es el sino del personaje, diría, pero aun así es muy inspirador ver cómo se mantiene a flote y se esfuerza por ser feliz todos los días como le resulta posible.

Como nota divertida, por supuesto lo más destacable de la película siempre es la parte en la que están implicados los criados; más aún viendo ahora las idas y venidas de Daisy con su nuevo marido y los problemas de Thomas todavía para convivir con su orientación sexual sin ser despedido o juzgado por ello. En este sentido, me dio cierta ternura y ansiedad a partes iguales la resolución que se le da al personaje, pero creo que es muy acorde a lo que en realidad podía suceder en determinados ámbitos de la sociedad y de lo que nadie hablaba en voz alta, aunque ahora casi parezca asumible que el 99% de los actores y/o artistas no son heterosexuales.

Por último, sólo decir que aunque la trama de la supuesta herencia misteriosa de Violet es entretenida, no tiene la energía ni la magia que pudieron tener las tramas de la serie -durante la primera Guerra Mundial y después- ni la anterior película donde seguíamos las peripecias de Rose… O simplemente será que Rose era un personaje que me encantaba 🙂
De cualquier manera, creo que le voy a poner un 3.75/5 y esto es todo por mi parte de momento. Recordad seguir el blog a través de los botones de la derecha así como mis redes sociales 🙂 y ¡no olvidéis comentar si os ha gustado la entrada! ❤ ¡Os quiero!
