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Downton Abbey: flema inglesa con un toque de telenovela.

¡Buen viernes, brujis, y feliz víspera de Nochebuena! Para empezar bien las vacaciones en estas fechas tan señaladas, os traigo nueva reseña de serie. El formato que quiero utilizar esta vez es… “cinco palabras para describir…”, espero que os guste. ¿Arrancamos?

En Downton Abbey, finca noble situada en Yorkshire, habita desde hace siglos la familia Crawley, condes y condesas de Grantham. Corren principios del siglo XX y su forma de vida es la clásica de la época para las clases pudientes: grandes salones, fiestas, matrimonios de conveniencia y un enjambre de sirvientes para satisfacer todas sus necesidades del día a día. Pero la llegada de la I Guerra Mundial hará que, poco a poco la familia vea cambiar el mundo a su alrededor y, con ello, el desmoronamiento paulatino de una posición privilegiada que daban por hecha.

¡AVISO SPOILERS!

  1. Nobleza.

Downton Abbey es una serie que, fundamentalmente, gira en torno al mundo de la nobleza inglesa de principios de siglo XX. Actualmente, la sociedad británica ha cambiado mucho pero todavía pueden verse algunos vestigios de aquella época; de hecho, muchos castillos y palacios de Inglaterra y Escocia que salen en la serie, incluyendo la casa principal, pertenecen aún a familias nobles que ahora permiten visitas a determinadas horas para que todo el mundo disfrute de las maravillas que encierran, pero entre cuyas paredes han vivido generaciones y generaciones de los suyos.

En este punto resulta curioso ver la evolución a través de las seis temporadas de todos los miembros de la familia Crawley, desde la llegada de Isobel Crawley y su hijo Matthew, abogado pero heredero de las tierras de Downton por línea sucesoria masculiseason2_characters_slideshow_sybil_07na, hasta el matrimonio de Sybil Crawley con Tom Branson, el chófer de la casa, católico e irlandés para más señas. Quien conozca un poco de historia británica sabrá que, desde la reforma anglicana de Enrique VIII, los católicos y los protestantes no pueden verse, pero Irlanda siempre ha mantenido la tradición en el primer camino y, además, los movimientos sociales eran más habituales en la isla pequeña que en la grande, lo que a la nobleza no le hace demasiada gracia puesto que ven en peligro sus privilegios debido a la naciente clase política popular.

Paulatinamente, sin embargo, los Crawley se verán abocados a tener que asumir que el mundo no será más aquel en el que crecieron y deberán mantener su postura frente a aquellos que todavía quieren anclarse al pasado como a un clavo ardiendo. Ejemplos interesantes son los de las mujeres de la casa: el de Edith Crawley, la hermana mediana, que se convertirá en editora de una prestigiosa revista londinense, o Cora, mujer pudiente y americana convertida en condesa de la alta sociedad británica, que pasará a dirigir el hospital del condado.

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  1. Guerra

Como comentaba en la sinopsis, sobre todo la segunda temporada gira en tothomas-in-the-trenchesrno a la I Guerra Mundial y la influencia que tuvo sobre la sociedad británica. El sentido patriótico de los Crawley, como el de todos sus vecinos, hace que se vuelquen con la zona e incluso monten un hospital de campaña en la casa, pero el hecho de que alguno
s de los criados tengan que acudir al frente, como Thomas o William, hará que muestren su faceta más humana y solidaria. En todos los estratos sociales habrá opiniones diferentes, por supuesto, pero es innegable que este hecho histórico marca un antes y un después en la conciencia de todos los personajes.

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  1. Amor

Por supuesto, no podían faltar las historias de amor en la serie; un punto positivo que destacaría sería que, si bien no son idílicas ninguna de ellas y el drama está bastante presente. De hecho creo que no se libra casi ninguna relación, efectiva o potencial, exceptuando quizá la de Carson y Ms. Hughes que se lleva la parte más suave por florecer en la última temporada.

Pero, por poner un ejemplo, en las primeras temporadas sufrí como una condenada por el amor de Anna y Bates; cierto que luego los problemas son más esporádicos, pero de la primera a la tercera temporada se lleva la palma. Igualmente957468_1329765453973_full, me dolió la
muerte de Matthew Crawley (que fue debida a la marcha del actor de la serie para dedicarse a Broadway y, posteriormente, a interpretar a La Bestia en el live action de “La Bella y la Bestia” que se estrenará dentro de poco :P) aunque confieso que fue un buen punto de inflexión para demostrar que Mary Crawley, al margen de una estirada de narices, sí tiene inseguridades y dilemas internos igual que el resto de los personajes. Algo que, por otro lado, solo pmast-da3-quiz-relationships-hires-scale-800x600arece entender el viejo Carson, el mayordomo que la ha criado casi como a una hija.

El amor de Sybil y Tom también termina en tragedia, mal que nos pese, pero es el empujón para que Tom termine de integrarse en la familia y pueda luchar con sus medios por hacerse un hueco, demostrando que la nobleza no es una posición privilegiada para los que nacen con sangre azul, sino que essybil-and-bransontá en nuestros actos, nuestra sensatez y nuestra pureza de corazón.

Barrow: el caso más sonado sin duda. Considerando su homosexualidad y la época en la que nos movemos (recordemos que unos 20-30 años después sentenciaron a Alan Turing, famoso matemático, por tener esas mismas inclinaciones y al margen de sus descubrimientos para ganar la II Guerra Mundial) considero que es uno de los personajes más interesantes a analizar en este sentido. Es un personaje frustrado y con mal genio que, para escudar sus debilidades, prefiere arremeter 00001fb56-downton_abbey_ed_speleers_rob_james_colliercontra los demás y tratar de amargar sus alegrías. Sin embargo, sí hay algún momento en que deja ver sus intereses hacia otros miembros de la servidumbre o sus deseos, reprimidos constantemente a duras penas, por poder ser libre y realmente tener el puesto en la sociedad que se ha ganado con su trabajo durante tantos años. Destaco aquí brevemente la intervención de Ed Speleers (Eragon), un actor que me gusta bastante y que, aunque su aparición es más o menos breve, fue una de las partes que más disfruté de la serie.

Y por último, Edith Crawley: reconozco que en la última temporada no me quería creer que por fin tuviera suerte y casi asumí que no iba a salir bien, después de todos los dramones que ha ido sufriendo la pobre mujer a lo largo de la serie.

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  1. Rebeldía.

Más presente en las últimas dos temporadas, demuestra el cambio de ment82b586ab7bac1d4e163b1013d5a1a6f1alidad de la época del que hablábamos más arriba a partir de la I Guerra Mundial. La Inglaterra de post-guerra abre la puerta a nuevas oportunidades, nuevas opiniones y el surgimiento de una clase política popular más fuerte. Las ideas de democracia y cambio de rumbo, aun en un país gobernado enteramente por una monarquía cabeza de la iglesia anglicana, prosperan y florecen por los rincones, haciendo que incluso muchos miembros de la servidumbre se planteen nuevos futuros o formas de vida. Ejemplos claros son el asce-
nso de Branson a administrador de la finca tras demostrar que es un genio gestionando las finanzas de la familia y tras la muerte de Sybil, su único apoyo en la casa; el deseo de Daisy de estudiar y, además, ir12d1c6c15e16e2fe7a057f44bfe7f11cse a vivir con su suegro a la granja para ayudarle tras la muerte de su marido William; Molesley, que pasa de ser el mayordomo de Isobel Crawley a un simple lacayo de Downton pero posteriormente demuestra tener mano para la enseñanza e intenta entrar en la escuela del pueblo como profesor.
La independencia de residencia de las parejas Anna-Bates o Carson-Hughes, así como la decisión de Ms. Padmore de abrir una casa de huéspedes con su sobrina son también ejemplos tiernos y divertidos de ver.

La de Isoble Crawley, por otro lado y desde el principio de la serie, hace que choque con la Condesa Viuda (magistral interpretación de Maggie Smith, por cierto), que es su absoluta antagonista en sus ideas. Sin embargo, el tándem que crean las dos tanto en lo bueno como en lo malo es uno de los grandes puntos fuertes de la serie.

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Aun así, en esta categoría la palma se la lleva Rose, la sobrina de los Crawley. A pesar de cumplir rigurosamente con la mayoría de protocolos impuestos a su posición social, está deseando ver mundo y experimentar como cualquier adolescente de su edad y no entiende muchas veces por qué la mentalidad de los suyos es tan cerrada a ciertas cosas de la nueva sociedad de post-guerra.

  1. Drama

Por último, como ya hemos desglosado en algunos puntos, no faltan los dramas en todos los sentidos y es un punto fuerte de la serie puesto que, sin alargarlos en el tiempo demasiado –cada temporada tiene unos 8 ó 9 capítulos de 45 minutos, aproximadamente- sí que hacen que contengamos el aliento y esperemos con ganas al siguiente capítulo. Además, es una serie en la que terminas encariñándote prácticamente con todos los personajes y sufres con cada muerte y cada despedida. Pero, como dirían algunos, la vida sigue, y en la vida hay de todo 🙂

Así con todo, creo que voy a darle un 4,5 sobre 5 y espero que os haya gustado la reseña. ¡Nos vemos en la próxima, FELICES FIESTAS!

2 respuestas a “Downton Abbey: flema inglesa con un toque de telenovela.

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