¡Hola, cinéfilos!
Una semana más, volvemos con esta sección dedicada al celuloide (la semana pasada, como visteis, nobleza obligaba a dedicar el lunes a los libros… 🙂 )
Pero retornando a la rutina, hoy os traigo una reseña con sabor futurista… y retro al mismo tiempo. ¿La habéis visto ya?
Ready Player One (Filmaffinity)
Parzival. Uno de los muchos avatares que puebla Oasis, el juego de realidad virtual más extendido de la Tierra en 2045. Allí puedes ser quien quieras, tener lo que quieras… Conseguir todo lo que tus habilidades te permitan obtener.
Al menos, hasta el día que Halliday, uno de sus difuntos creadores, lanza un reto para todos los jugadores: conseguir 3 llaves que, juntas, otorgarán a quien la consiga la propiedad total del juego en el mundo real.
Y Parzival, guiado por un sencillo adolescente que solo busca sacar a su familia de la pobreza, se embarcará en una carrera contrarreloj para conseguir esas llaves antes que IOI, la peligrosa y poderosa corporación de desarrollo online que ansía hacerse con el control de Oasis para sus propios fines.
La primera vez en mi vida que escuché hablar de «Ready Player One» fue, si no recuerdo mal, hace unos tres años en un colegio de Madrid en el que estuve dando una charla y junto a cuyos alumnos organicé un concurso de relatos con premios relacionados con Los Hijos de los Dioses. La temática era libre, pero uno de los relatos estaba inspirado en esta novela. Después de eso, empezaron a llegarme retazos de su existencia, como soplos de brisa digital que tampoco terminaban de calar en mi en ese instante, pero que se escondían en los recovecos de mi mente para surgir cuando fuese oportuno.
Así, cuando vi que salía la película este mes pasado, asocié enseguida. Y sabiendo que el director era Spielberg, pensé: «no debería defraudarme».

Me gustaría incidir sobre todo en tres puntos clave de la película:
Ritmo: aunque conozco gente que dice que se ha aburrido viéndola, yo admito que me pareció que estaba bastante bien medida, con sus altos y sus bajos; pero no perfectamente. Quizá le sobraba media hora de metraje con algunas escenas más lentas o diálogos innecesarios, pero en general me entretuvo bastante.
Trama: original, muy apropiada para el mundo en el que vivimos ahora rodeados de tecnología y dando los primeros pasos en la era de la Realidad Virtual a escala doméstica. Oasis al final termina siendo como una especie de «World Of Warcraft» en VR, donde puedes acumular experiencia y objetos, interactuar online y en tiempo real con otros jugadores, personalizando tu avatar como te interese o desees según el caso. De hecho, se nota mucho la mano de Blizzard Entertainment (responsable del mencionado juego y la película de «Warcraft«).
Referencias retro: abundantes no, lo siguiente. Me tiré toda la película señalando a la pantalla (y eso que luego me enteré de que la novela tenía muchas más referencias a Dragones y Mazmorras y ha reforzado mi idea de leerla en algún momento de mi vida xD). Eso sí, aparte de por puro marketing, no entiendo que hacía un personaje de Overwatch pululando por ahí…
Así, podría decir que le doy un 3.5/5. No está mal, podría haber mejorado en muchos puntos y hay cosas que me han parecido puro interés comercial, pero Spielberg sigue teniendo un toque especial, único y particular que te hace disfrutar cada una de sus películas.
Abrazos para todos… ¡y nos vemos en la próxima sala de cine! 😀 ¡Sed buenos!