¡Buenas tardes de miércoles, lectores! Una semana más, traigo reseña de una novela que de antemano os digo que me leí en tres días (los viajes en Metro de ida y vuelta al trabajo, que son maravillosos para estas cosas). Desde que terminé «El regreso del Catón» no había cogido ninguna novela de Matilde Asensi, a pesar de todo lo que me gusta. Y ahora, el azar ha vuelto a querer que nos encontremos. ¡Zarpamos, grumetes!
Catalina Solís acaba de ver morir a su hermano. Cuando los piratas ingleses asaltan el galeón de la flota española que va camino del Nuevo Mundo, esta muchacha toledana de 16 años teme lo que hombres ávidos de tesoros y sin escrúpulos puedan hacerle. Hasta que su ama de compañía decide vestirla con las ropas de su difunto hermano y lanzarla al mar para salvar su honra y su vida. En ese momento, Catalina conocerá realmente la inseguridad, el miedo a lo desconocido y lo solitario que puede ser el Atlántico. Al menos, hasta que la rescate el hidalgo Esteban Nevares de un islote perdido en medio del océano y le dé la oportunidad de retornar al mundo civilizado bajo una nueva identidad: Martín Nevares, su hijo adoptivo. Junto a Esteban, Catalina conocerá el mundo del comercio portuario en el recientemente descubierto continente americano, vivirá innumerables aventuras y tendrá que adaptarse a abandonar su condición de mujer para hacerse pasar por varón, en una trama donde se entremezclan lealtad, amor, fraternidad y contrabando sobre las aguas del mar Caribe.
Como ya he comentado en reseñas anteriores de novelas de esta autora, Matilde para mí tiene dos cosas muy buenas: primero, la amplia labor de documentación histórica, incluyendo el lenguaje (en este caso, castellano de la época dado que está contado por Catalina en primera persona): y segundo, la capacidad que tiene de hilar y mantener el misterio y el interés en la trama hasta que, sin darte cuenta, te has leído un 35% de la novela sin casi enterarte. Aunque hay partes con más acción y misterio y otras con menos, de alguna forma la primera persona y las descripciones de todo lo que Catalina/Martín va viendo en sus viajes y peripecias hace que en ningún momento la lectura se haga pesada. Como anécdota, confieso que a Esteban Nevares me lo imaginaba un poco a lo Geoffrey Rush en Piratas del Caribe pero sin barba.
Respecto a los personajes, creo que he llegado a empatizar con casi todos y las descripciones que hacen de la situación económica de la época demuestran, a mi pesar, que en cuatrocientos años no hemos avanzado nada. Si a eso sumamos la turbia trama de Melchor de Osuna y sus primos Curvos, el lector se sentirá casi identificado con esas situaciones que vemos día a día en las noticias de corrupción y falta de guante para meter a los verdaderos culpables en prisión durante una buena temporada. Voluntades compradas, cargos amañados, juicios injustos… En definitiva, que a pesar de ser ficción histórica española los urbanitas de hoy en día nos sentiremos totalmente cómodos en el ambiente creado por Matilde entre Margarita, Trinidad, Maracaibo y Santa Marta 😉
El final de la trama de esta novela en concreto (la historia de fondo queda abierta al resto de la saga) sí que es cierto que se me hizo un poco al estilo de las obras de teatro del Siglo de Oro, donde todo parece acabar bien aunque las condiciones hayan sido muy adversas. Eso sí, ya os aviso que en este caso, como diferencia, no hay deus ex machina como en las citadas obras de teatro. Está todo explicado justo después 🙂
Por lo tanto y deseando tener en mis manos la segunda parte, le doy un 4,5 sobre 5. ¡Nos vemos la semana que viene! 😀
El Rincón Escritor de Paula 
Una respuesta a “Reseña nº 53 – Tierra Firme (Martín Ojo de Plata #1), Matilde Asensi.”