Buenas tardes, amores. ¿Qué tal estáis? Junio sigue avanzando y nosotros retornamos con una sección que vuelve a ser habitual en nuestro blog -¿será el retorno a la normalidad tras el confinamiento y los peores tiempos del COVID-19?-: los «miércoles de lecturas». En esta ocasión, nos adentramos en un género que hace mucho que no tocamos, casi desde la reseña de «Trébol» diría yo, aunque seguimos haciéndolo en el seno de nuestra querida Asociación de Escritores de Madrid. Desde el Club de Lectura «El Libro de Lilit», os traemos… poesía para amantes 🙂
El amor es algo que mucha gente cree conocer, pero pocos han llegado a adentrarse en sus verdaderos secretos. La relación entre dos personas del sexo que sean siempre es una aventura, una magia en la que todos ponen de su parte para que la unión y la fusión de cuerpos y almas sean perfectos. Y la poesía es el mejor reflejo para expresar la sensibilidad que desprende cada roce y cada beso entre dos amantes. Donde sea, cuando sea, el amor es el movimiento que nos hará libres para sentirnos bien con nosotros mismos y aquellos a los que amamos por encima de todo.
RESEÑA

Como decía al principio de la reseña, hacía mucho tiempo que no subía ninguna reseña de poesía, aunque me alegró de poder volver a traeros un poquito de la magia de la lectura que cae en mis manos. En especial, siempre que tengo la ocasión de leer a compañeros de la AEM es todo un placer y me gusta porque ayudo también a que su obra se difunda un poquito más entre los lectores que de otra manera no sabrían que las joyitas escondidas de la literatura están ahí, esperando caer en sus manos.

En el caso de Andrés Pinar Godoy, es cierto que no había podido adentrarme en su obra antes de eso, aunque ya su palmarés parece bastante impresionante sólo con echar un vistazo a la biografía reflejada en esta antología de poesía romántica. Por otra parte, reconozco que soy una pobre lectora de poesía y no es mi primera opción en general, más considerando el escaso tiempo que sigo teniendo para poder leer y dedicarme a ello con calma.

Incido en esto porque una de las cosas que suelo notar en el caso de la poesía es, precisamente, la necesidad de tener tiempo y calma para sentarse y disfrutar adecuadamente los versos que los poetas despliegan frente a nosotros. También es cierto que en el caso de la poesía, suele calar más en mí cuando la escucho recitada que cuando la leo, pero en esta ocasión conseguí -creo- que al menos el mensaje calara en mí y sentirme parte de la emoción que desprende Andrés en sus palabras.

Por otro lado, reconozco que no soy una gran fan del verso libre, o al menos a lo que creo que es verso libre en este caso. Encontré al cabo de varias páginas el ritmo y pude hacerme a la lectura a tiempo -considerando que el compendio tiene pocas páginas, es un libro muy, muy finito-; pero por alguna razón eché en falta quizá una estructura algo más definida y «convencional» para poder disfrutar plenamente de la lectura. De cualquier forma, como en muchas cosas, esa es mi opinión puramente personal.

Aun así, como comentaba, dado que el libro es bastante cortito se puede leer en menos de una tarde, a nada que uno decida ponerse a leerlo entre actividades y cuando se decida tomar una pausa larga; o quizá durante un viaje de duración media, o una tarde de domingo en el sofá con la lluvia cayendo al otro lado de la ventana… Lo importante es poder tener un momento tranquilo y de recogimiento personal para disfrutar como debe ser de este tipo de lectura.
Le doy como valoración un 4/5 y esto es todo por mi parte de momento. Recordad seguir el blog a través de los botones de la derecha así como mis redes sociales 🙂 y ¡no olvidéis comentar si os ha gustado la entrada! ❤ ¡Os quiero!