¡Hola, brujines! Mucho tiempo sin reseña de series, ¿verdad? Aparte, sé que lo comenté en la entrada anterior: este mes de noviembre es para los proyectos del NaNoWriMo. Sin embargo, confieso que me supo mal dejaros tanto tiempo sin vuestro contenido favorito 🙂 Así que… ¡Espero que estéis preparados para lo que viene!
Han pasado muchas décadas desde que el Avatar Aang y su equipo derrotaron al señor del Fuego y devolvieron la paz a las cuatro naciones. Ahora, la colaboración y el progreso han hecho que todo gobierno se haya centralizado en la llamada Ciudad República, centro aparente de la concordia y la evolución de un mundo que cambia a pasos agigantados. Sin embargo, la muerte hace veintiún años del último Avatar dio lugar, como siempre, a una nueva encarnación de las cuatro habilidades elementales. En este caso, la pequeña elegida fue Korra, de la Tribu del Agua del Sur. Pero, ¿estará Korra a la altura de su predecesor? ¿Qué nuevas amenazas esperan al Avatar en tiempos de paz y revolución industrial?
- Han pasado 100 años, ¿dónde están mis ídolos?

Empezamos, en este caso, por una de las razones de la demora para ver esta serie. Si recordáis, hace dos años os subí
la reseña de Avatar: la leyenda de Aang tras haberla visto en Netflix. Por unos motivos o por otros, fue una serie que me dejó muy buen sabor de boca. Pero… cuál no fue mi sorpresa al ir a cotillear sobre la secuela, la Leyenda de Korra… Y descubrir, de entrada, ¡que mi favorito era de los pocos que ya había fallecido! 😦 ¡MI POBRE SOKKA! Además, como sabéis, tenía debilidad por su relación con Suki… ¿Dónde acabó eso? No sé, se debió esfumar, porque en Korra ni se menciona 😦
Por otra parte, sin quererlo echas de menos al antiguo equipo, aunque algunos vuelvan a salir como venerables abuelitos. A Katara, confieso, es a la que menos echaba de menos… Será porque era la madre estricta, estirada y exigente del equipo Avatar. Qué le vamos a hacer.

De cualquier manera, una cosa que al principio me perdió un poco fue el hecho de decir: «vale, Katara y Aang tuvieron tres hijos y uno de ellos ha tenido hijos a su vez, cuatro ya.» Pero, ¿qué pasó con los demás? De Toph descubres, en efecto, que tuvo dos hijas de diferente padre y luego se acabó retirando de la civilización. Sokka… murió. Zuko… algo se menciona de que tuvo una hija. Pero, ¿con quién? No sé. Seré yo, pero habiendo amado Avatar y a sus personajes me hubiera apetecido conocer detalles de la evolución de todos ellos, al menos un poco más. Porque, ¿el general Iroh nuevo tiene alguna relación con el antiguo o con Zuko, o es mero homenaje? No sé, me faltó elaboración sobre lo que ocurrió con los antiguos personajes…
- La revolución industrial: un paso adelante
Si hay algo que destaca en Korra, es sin duda el paso adelante que genera la revolución industrial y, sobre todo, el aprendizaje de Metal Control a una escala mayor. Aparecen «Satomóviles» (Coches), avionetas, los trenes funcionan mejor y los barcos también están mejorados. De hecho, hay quien incluso produce Mechs para la guerra. Por supuesto, eso lleva la lucha del Avatar a otro nivel diferente al que nos tenían acostumbrados.

Y así y todo, resulta curioso ver que por ejemplo en gran parte del Imperio de Tierra siguen con las mismas costumbres y tradiciones anteriores a la revolución, incluyendo tener su propia emperatriz y familia imperial.
- Las tramas políticas y la sociedad
Otro de los aspectos a destacar de Korra es, precisamente relacionado con el punto anterior, es que algunas tramas pasan a ser más políticas que bélicas. Relaciones entre naciones antes separadas, ahora unidas; tensiones políticas. Inseguridades del presidente de Ciudad República al pensar que el Avatar puede querer acaparar las funciones de proteger a la ciudad en vez de la policía…

Por otra parte, en cuanto a sociedad, ya se puede quejar John Boyega todo lo que quiera para la adaptación a Netflix. Pero, lo siento: es evidente que este universo está basado en una premisa asiática en su mayoría. Los únicos con piel oscura son los que viven en los polos y, de hecho, tienen los ojos azules (cosa extraña, pero jamás he cuestionado esa decisión creativa porque es de LOS CREADORES).
Considero, desde aquí, que esta serie no tiene nada que envidiar a ninguna otra que vaya con carteles de neón de ser «MÁS INCLUSIVA» en cuanto a todo. Lo siento, pero porque sea la moda no voy a pasar. «Avatar» son series CON MAYÚSCULAS de por sí. Punto.
- Los espíritus como novedad y ampliación de universo
Esta es, quizá, una de las cosas que más me han gustado de la serie. Donde Aang solo nos narraba la historia de cómo

el protagonista iba a derrotar al señor del Fuego, aquí cada temporada tiene su trama y, además, a partir de la segunda se amplía el universo a otro mundo paralelo al de los humanos: el espiritual. Aquí, te explican el porqué del Avatar, por qué existe y cómo se creó, algo que es bastante curioso e interesante. Por otro lado, esta segunda temporada ya veréis que da pie a muchas otras tramas relacionadas que os dejarán con la boca abierta y, no, no se salen para nada de lo que es el universo Avatar.
- La evolución del héroe: de Korra adolescente a Korra… ¿adulta a medias?

A pesar de todas las cosas buenas que pueda tener esta secuela, sí que debo decir algo: ¡Korra es bastante insoportable como personaje! Vale que al inicio sea un poco adolescente y recién llegada a Ciudad República, sumado a que con las temporadas irá aprendiendo más sobre sí misma y madurará. Pero, desde luego, hacía mucho que no veía un personaje tan inmaduro al frente de una serie de animación de fantasía. La segunda temporada, en particular, resulta bastante insoportable. Menos mal que luego hay muchos secundarios que la reconducen un poco por el buen camino…
- Las historias más individuales

Algo que también presenta esta serie, sobre todo reflejado en el equipo de Korra («nuevo equipo Avatar»), es que los
personajes aunque sean secundarios pueden tener una historia por sí mismos. Es decir, pueden crecer, viajar, moverse y evolucionar al margen de que Korra exista en la historia. Tienen más profundidad, más relaciones entre ellos sea del tipo que sea… En definitiva, diría que tienen más complejidad.
- Una serie más adulta que «La leyenda de Aang»

Esto se nota mucho si se compara Aang con Korra, de calle. Ya no solo el cambio de ambientación, sino la propia edad de los personajes. Desde Korra que puede ser la más joven e inexperta hasta Asami Sato, que plantea ser la más mayor junto a Mako, tenemos un abanico de edades, anhelos e intereses que dan un cuadro más adulto y variado que Aang, donde casi todos eran adolescentes y el más mayor, me parece, era Sokka con dieciséis años. Aparte, tenemos secundarios de todas las edades, por supuesto; pero lo que es el núcleo de la serie nos presenta unos personajes bastante más maduros que su predecesora.
- Los nuevos Airbender (SPOILER)

Esta es, sin duda, una de las grandes sorpresas de la serie. Tercera temporada. Después de que Korra haya derrotado
al espíritu del mal y el caos, Vaatu, encarnado en su tío, el mundo de los espíritus queda conectado con el de los humanos mediante el Polo Norte y el Sur. Además, a partir de la eliminación de Vaartu y la unificación, empiezan a aparecer maestros del Aire en todos los territorios del mundo conocido.

Al parecer, esa unión de mundos ha hecho que la extinta raza del Aire resurja, algo que Tenzin, el hijo Maestro del Aire de Aang, se tome como una cruzada personal. Debe entrenarlos para que la raza resurja como sea. Pero claro, siempre hay alguno que no quiere que esas cosas pasen…
En este caso, una de mis favoritas es Opal. Y no por nada, ¡es que tiene una de mis voces favoritas del mundo mundial llamada Alyson Stoner! ¿No la conocéis? Pasaros por Spotify o Youtube y escuchadla cantar, os va a encantar. Además, es dobladora de muchas series de Disney Channel y os quedaréis alucinados de saberlo :O
- Mi favorito: Bolin

Por casi último pero no peor, dejo a mi gran favorito de esta serie. Querido, mimoso, casi como un oso de peluche
hecho de músculos, señor de la Tierra… ¿Quién es más adorable que Bolin? Nadie, ¡nadieee! Lo cierto es que es un personaje que, aparte de todo, se mete en todos los fregados habidos y por haber; pero siempre lo hace con una sonrisa y, al final, digamos que las cosas le terminan saliendo bien. Incluyendo cuando se arrepiente de haber sido un cabezota frente a los ojitos verdes de Opal, sí… 🙂
Y… ¡Hasta aquí la reseña de hoy! Yo, personalmente, creo que le voy a dar un 4.25/5 y os recuerdo que podéis compartir vuestras impresiones y opinión de la serie en la sección de comentarios bajo la entrada.
¡Os quiero! ❤
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