Reseña nº 55 – Amanecer Rojo (Amanecer Rojo, #1), Pierce Brown.

¡Buenas un miércoles más, lectores! Como veis, últimamente consigo sacar más tiempo para leer y hoy os traigo una nueva reseña. En este caso, se trata de una distopia ambientada en Marte, de factura norteamericana y primera parte de una trilogía. ¿Preparados?

En un Sistema Solar colonizado hace mucho tiempo y un Marte en proceso de terraformación, ha nacido una nueva Sociedad en la que los colores superiores dominan a los inferiores. Los dorados, hijos de conquistadores y mejor dotados genéticamente para el liderazgo, son los encargados de los puestos de mando mientras que los rojos son tratados como esclavos y criados para excavar las profundidades del planeta escarlata en busca de energía y suministro. Estos esclavos viven en la creencia de que la superficie de Marte aún no es habitable, que su esfuerzo es necesario y que pronto todos tendrán su recompensa. Pero Darrow, tras contemplar la muerte de su esposa y conocer a los Hijos de Ares, descubrirá que todo no es más que una gran mentira. Pero, ¿qué puede hacer un rojo como él para cambiar las tornas y vengarse de aquellos que destruyeron su felicidad?

Vale, sé lo que estáis pensando.O quizá a mí me lo vendieron así: otros Juegos del Hambre, otro Divergente, una nueva distopia al estilo de los demás. Sin leerme la sinopsis, quise creerlo. Leí malas críticas a porrillo. Pero tenía curiosidad. Y, por cierto, para europeos en general y españoles en particular: no. Esto no va de ideologías políticas. Fuera prejuicios desde la primera página, de verdad. Esto lo ha escrito una persona joven del otro lado del Atlántico que no tiene nada que ver con este tipo de intrigas. Por favor.

Dicho esto, empecemos a analizar qué diferencia a esta distopia de los demás mencionadas y archiconocidas. Para mí, tres cosas fundamentales:

1. El protagonista es un hombre: sí. ¡Oh, albricias! Una saga que se hace famosa y ni la escritora ni la protagonista es mujer. Lo digo con todas las letras: ME-NOS-MAL. Pero que esto no lleve a engaño. Steelheart, reseñado en este mismo blog, tiene protagonista y autor hombre. Podemos entrar en la eterna disensión de si los hombres tienen protagonistas masculinos siempre y las mujeres, femeninos. Yo personalmente ahí no voy a entrar. Ya aviso. Solo quiero destacar que en este caso y a pesar de su arrogancia, sin entrar en fangirleo he conseguido empatizar con ese lado más tierno de Darrow, el encarnado por el recuerdo de su difunta esposa, eso que termina espoleándolo para tratar de llegar lo más alto posible y desde ahí hacer pagar los pecados a los verdugos de Eo.
2. ¿Quién sufre? Los de arriba: por extraño que parezca, es así. Los que pasan penurias a lo largo de la novela son… ¡Oh, vaya! Los hijos de los dorados, de la élite, de aquellos ricos y poderosos que han tenido a sus criaturas entre algodones toda su vida y de los cuales han aprendido, o no, a ser futuros líderes de la Sociedad. Pero las pruebas del Instituto no perdonan a nadie. Prima la selección natural no solo de los más fuertes, sino también de los más inteligentes. De aquellos que sean capaces de sacar adelante una sociedad civilizada. Pero claro, ¿a costa de qué y de quién? Personalmente, para mí era como leer una partida del Age of Empires redactada para jóvenes adultos. Porque algunas cosas sigo pensando que no son para adolescentes.
3. La ambientación: por una vez me he encontrado una distopia ambientada fuera de la Tierra, lo cual es cierto que parece un soplo de aire fresco y una diferencia considerable. Sí que es cierto que dejan caer que toda la aparición de árboles, animales y cosas terrenales es cosa de los artistas violetas y los «talladores», pero quizá ahí le veo una pega. Brown podía haber sacado mucho más partido de un Marte imaginado no necesariamente a imagen y semejanza de la Tierra.

Dicho todo esto, creo que mi valoración es un 3,75/5 y me quedo con las ganas de leer la continuación 🙂 ¡Nos vemos pronto!