¡Buenas una tarde más, brujines! Lo sé, últimamente las lecturas no vienen muy a menudo. Parece mentira que con el confinamiento tengamos menos tiempo o ganas de leer, ¿verdad?
Pues en este caso, aunque siga la línea de muchas de las últimas reseñas literarias -que también tienen muchas visitas y lo aprecio a mares, ojo ❤ – seguimos con algunos personajes queridos del blog. Aunque, no: en este caso no voy a dar nada de murga con Ban y Elaine… 😉 ¿vamos?
Han pasado ya unos años desde que el capitán Meliodas de los Siete Pecados Capitales consiguió crear su preciada orden con los mayores pecadores del reino de Britania: Codicia, Pereza, Envidia, Gula, Lujuria y Orgullo, acompañando a la ira del citado y misterioso rubio.
Sin embargo, el día que el rey de los vampiros rompa el sello impuesto por los demonios hace case 3000 años y, acto seguido, invada la ciudad de Edimburgo para hacerse con el control de la misma, los Pecados deberán demostrar una vez más su valía. Bajo el mandato del Caballero Sagrado Zaratras, líder de todos los caballeros del reino de Liones, Meliodas y sus compañeros se enfrentarán a estas peligrosas criaturas. Sin embargo… ¿Por qué una de ellas ha confundido al capitán con un tal Zeldris? ¿Qué pasado tiene él con los vampiros, que ni siquiera sus compañeros saben?
RESEÑA

En este volumen spin-off/precuela del manga de Seven Deadly Sins, nos encontramos una historia más desenfadada a la que nos tiene acostumbrados Nakaba Suzuki en la trama principal. Aquí, por primera vez, vemos de verdad la relación camarada y salsera de los Siete Pecados, cada uno a su manera.
En particular, vemos interaccionar a personajes que no estamos tan acostumbrados, como Ban con Merlín o Meliodas con un Escanor que es gracioso de tan tierno como aparece en este manga. Porque claro, considerando que el ataque a Edimburgo lo hacen de noche… Os podéis imaginar las pintas del pobre Pecado del León embutido en un uniforme que sólo le queda bien cuando es mediodía.
Por otra parte, me gustó bastante poder ver a Gowther haciendo uso de su armadura de verdad, no como en la trama principal donde su armadura termina sirviendo a un engendro demoníaco. Aquí, al menos, entendemos cuál es el verdadero propósito y cómo la maneja desde el interior con ayuda de sus poderes.
La relación de Diane y King, como siempre, sin demasiados cambios. Más considerando que en aquella época, Diane seguía enamorada de Meliodas por error…
Por cierto, muy adorables las pocas apariciones de una Elisabeth de apenas cuatro años que no sabe ni hablar, y también de Verónica diciéndole que se aleje de Meliodas porque es un criminal… Me hizo mucha gracia, la verdad. La escena tenía su punto.
Respecto a Ban, pues sí: es el borracho pesado irredento y un pésimo bebedor a pesar de todo, por lo que no pierde comba y se bebe una botella de vino a la primera de cambio. Claro que la cara que se le queda al vampiro que está intentando zampárselo en ese momento no tiene precio. Es lo que tiene ser inmortal y regenerarse, hija mía… Que no vas a parar nunca y esa es tu perdición 😉
Por último, la aparición de Gelda es muy breve, para los que la conozcáis, pero desde luego no tiene pérdida. Ese pequeño instante de intercambio entre Meliodas y ella os gustará, así como el final.
Lo dicho: si os gustan las historias de Nakaba, esta también la vais a disfrutar incluso aunque estéis más avanzados en el manga o el anime. ¡Ah! Y se lee en nada, yo me la leí en menos de un día… Eso sí, tuve que buscarme las mañas porque sólo la he encontrado a la venta como tal traducida al francés, no en otros idiomas (al menos para lectura legal 😉 ). Podéis encontrar más info en el enlace bajo la portada.
Le doy un 3.75/5 y os dejo abiertos los comentarios para que podáis darme vuestra opinión sobre la reseña y el manga 🙂 ¡Espero vuestras aportaciones y nos vemos en la próxima!
