¡Buenas, brujines! ¿Cómo estáis? ¿Cómo va todo? Esperemos de corazón que este año 2021 traiga alguna alegría más que el 2020, porque vamos… Menudo año más complicado 😦
En la Inglaterra victoriana donde Amanda vive, hace varias décadas que una contagiosa bacteria afectó a toda la población masculina, convirtiéndolos en esclavos no sólo en su país, sino en todo el globo. A partir de ahí, muchas mujeres vieron la oportunidad que estaban esperando desde hacía siglos: poder demostrar su valía y su igualdad con respecto a los hombres, pasando a ocuparse de todas las actividades necesarias para sacar a la sociedad adelante. Sin embargo, muy pocos conocen la auténtica verdad: que existe una cura, pero no interesa darla a conocer. En cambio, las mujeres que ahora dominan el planeta han establecido un sistema para controlar a los dóciles hombres infectados… y es que estos sean sus siervos en todos los aspectos de su vida. Amanda ha sido educada, por supuesto, para tener un siervo a partir de los dieciocho años. Pero, ¿qué ocurrirá cuando ese siervo no se parezca a nada de lo que le habían explicado hasta la fecha?
RESEÑA

Debo decir que este es un libro al que le tenía muchas ganas y curiosidad desde hace tiempo. ¿Una sociedad alternativa donde las mujeres mandan sobre los hombres, a causa de una extraña enfermedad? Reconozco que, como premisa, resultaba un cambio de visión interesante y más sabiendo que estaba inspirada por las ideas de grandes escritoras como Virginia Woolf.
Al principio, lo cogí con muchas ganas. De hecho, el estilo de Beca me recordaba -y se lo dije- al que yo tenía cuando escribí Los Hijos de los Dioses. Además, habíamos sido compañeras de la iniciativa «Yo Leo Fantasía en Español» y de Nova Casa Editorial, así que me sentía en una cierta deuda de solidaridad con una compañera cercana.

La historia, aparte de todo, tiene cierto aire a Downton Abbey y las novelas de Jane Austen que resulta bastante cautivador, si te gusta la ambientación inglesa de los siglos XIX y principios del XX. Reconozco que, hasta la página 53 o así, me llamó bastante la atención.
Problema… el descenso a partir de ahí, paulatino, pero seguro, hacia convertirse en una de las lecturas más incompletas de mi año… 😦 Vamos a ello.

Primero, no me disgustaba la idea de las mujeres teniendo cierto poder y quizá que hubiese cierta villanía en aquellas que no quieren despertarlos. Sin embargo, a pesar de todo me dio la impresión de que las ideas de Amanda y su forma de expresarlas, ¿cómo decirlo? No eran del todo sólidas. Es decir, a veces repetía como un loro lo que le habían enseñado y, otras, de repente era la más favorable a la libertad de Callum, su siervo, y el resto de hombres. Pero expresado con tal rapidez y ligereza que en ocasiones, no sé por qué, pero me chirriaba. No terminaba de empatizar con su forma de ver el mundo.

Por otra parte, el propio Callum: es verdad que es un chico que dice que se ha «despertado hace una semana» y que, en principio, hay cosas que no es capaz de entender, razonar o incluso recordar de su vida. ¿Por qué, entonces, tiene momentos en los que evoca con detalle situaciones pertenecientes a su niñez? ¿Cómo puede acordarse de hacer, por ejemplo, «travesuras» al ser niño? No sé si es que no se explica con suficiente claridad cuando él toma la palabra, pero me da la impresión de que es un personaje psicológicamente muy errático, sin demasiada definición.

Tercero, el asunto del físico y la destreza. ¿Cómo una jovencita de clase alta como Amanda y, aparentemente, delicada en su físico, puede ser carpintera de profesión y haberse fabricado habitaciones enteras ella solita? Vamos, no sé, pero para mí que sus brazos tendrían que ser como ramas de árbol, capaces incluso de volverle la cabeza a Callum de un tortazo. Pero… No. Es carpintera y maestra… Con su elegancia victoriana. Vale.

Luego, el asunto de la sexualidad con Amanda. No me puedo creer que le digan: «toma, aquí está tu siervo» y por muy consciente que esté, que tengas el mismo miedo a tirártelo que una virgen medieval. Por la excusa que sea, porque pone unas cuantas aparte de que le da miedo que él la haga daño, pero vaya… Que resultaba algo incoherente para una mujer que crece en un ambiente empoderado, bacteria de por medio o no :S

Por último, como en muchas novelas comento, faltas de ortografía. Sí, no hablo de erratas. Hablo de confundir todavía el «bello» de hermoso con el «vello» de pelo corporal. De verdad, son muchas las novelas en las que veo esto, ¿es tan difícil ver la diferencia? Aparte, también algo que notaréis si sois lectores castellanos y/o latinoaméricanos, se alterna mucho el estilo y los tratamientos personales según el capítulo. Es como si, a trozos, lo hubiesen escrito personas diferentes o corregido dos personas independientes. Ahora trato de ustedes, ahora uso expresiones castellanas, ahora latinoamericanas, ahora de vosotros… Me resultó un poco errático e incómodo de leer.
Ah, y lo del plan malévolo de la madre me pareció un Deus ex machina del tamaño de un camión cisterna, pero eso puede ser apreciación mía… 😛

Así y todo, creo que es un muy buen intento de novela y le daría un 2.5/5. Sé que la segunda parte también se empezó a publicar online hace un tiempo. No sé si la leeré, pero sé que está al menos en Booknet empezada.
¡Cuidaos mucho y buen comienzo de año, again! ¡No dudéis en dejar vuestros comentarios aquí debajo si os ha gustado la entrada!
¡Os quiero!