¡Buenas, buenas, lectores cinéfilos! ¿Me echábais de menos? Lo sé, lo sé. Durante el confinamiento ha sido imposible ir al cine y, para qué engañarnos, entre los retrasos de algunos estrenos, la dificultad de encontrar muchos otros que se dieron online y el escaso repertorio de calidad en pelis originales de algunas plataformas digitales, ejem… Ha sido un poco difícil.
No obstante, aquí estoy: feliz y contenta de poder traeros la reseña del último estreno de una de mis compañías de animación favoritas de siempre. ¿Vamos a ver qué nos ha traído Pixar esta vez? 🙂
En el mundo de Ian, al igual que en el nuestro, hace mucho que la magia pasó a ser cosa del pasado y se sustituyó por modernas tecnologías. Sin embargo, el día de su dieciséis cumpleaños y tras empezar en un nuevo instituto, este joven elfo descubrirá que, quizá, la magia no está tan lejos de su vida en el tiempo y el espacio como él pensaba. Un misterioso regalo de su padre, difunto antes de nacer él, y una extraña nota con un conjuro para poder verlo y conocerlo, aunque sea, por un día, llevará a Ian y a su hermano mayor Barley a una carrera contrarreloj a través del condado para conseguir la preciada Piedra del Fénix, la única pieza que permitirá completar el conjuro. ¿Lo conseguirán a tiempo?
RESEÑA
Bueno, como ya sabéis, por regla general soy una fan absoluta de Pixar así que esta película, para bien o para mal, tenía que caer en esta sección. Reconozco que tras ver Toy Story 4 y empezar a escuchar que Pixar también quería lanzarse a secuelas a lo loco, con franqueza, me desanimé un poco y perdí algo la fe en el futuro de la producción de esta compañía. Sin embargo, debo decir que, sin ser la mejor película de Pixar que he visto hasta la fecha, Onward me ha sorprendido gratamente.
Como primer punto a favor, nos muestran un mundo en el que Pixar se había adentrado poco hasta ahora: la fantasía
como tal. En este nuevo mundo encontramos criaturas mágicas de todo estatus y condición, aunque conviviendo en un mundo ya actualizado que, hay que decirlo, sí parece el nuestro. ¿La diferencia más notable? Las dos lunas en el cielo, que te muestran que no es nuestra Tierra ni por asomo. Como decíamos en la sinopsis, en este universo las criaturas mágicas han descubierto recientemente una nueva fuente de energía que ya no requiere de trabajos mágicos: la electricidad y la tecnología. Así, los conocimientos de hechicería que antaño hacían la vida más fácil han pasado a ser reliquias del pasado y, por qué no, material de juegos de rol y cartas. Sin embargo, hay personajes, como el bueno de Barley Lightfoot (al que pone voz Chris Pratt) que aún cree en la antigua magia. Más aún cuando cierto báculo cae en sus manos y descubre que Ian puede hacer magia… ¿Es por su padre? Es un misterio que se deja caer, pero nunca se resuelve del todo. Sin embargo, yo diría que tampoco rompe la atracción de la película y lo vais a percibir.
Detalles curiosos de esta ambientación son, por ejemplo, los roles modernos adoptados por algunas criaturas. Por ejemplo, las pixies han pasado de ser solo hadas revoltosas a verdaderas macarras, con motocicletas y chupas de cuero incluidas. O, por poner uno de los mejores modelos de la película, la mantícora que antes guiaba a los viajeros en peligrosas gestas y, ahora, para pagar las facturas ha tenido que convertir su taberna en un restaurante familiar. Eso sí, indico: primer personaje femenino fuerte que veo últimamente en la animación que lo es sin necesidad de andar gritándolo a los cuatro vientos cada dos por tres, o portando casi un «panfleto» que diga «mujeres al poder». Me encanta que se basta y se sobra ella sola, carisma incluido, para conseguir ser un personaje irrepetible y único en la película.
Aparte, si sois de esos espectadores que os gustan las historias y aventuras al estilo Dungeons & Dragons incluyendo
un estilo un poco más moderno y cañero, desde luego, esta es vuestra película. Estoy segura que, como yo, encontraréis un alter ego en Barley -o incluso el Ian- y os sentiréis identificados con la falta de comprensión de cara a la galería que suscita que te guste tanto la fantasía épica como para llevarla a sus últimas consecuencias. El ritmo de la película, además, no se hace lento casi en ningún instante y el final se presenta en un suspiro, sin darte casi cuenta de que ha pasado hora y media de metraje.
Por otro lado, creo que la película tiene un mensaje importante que dar y es el siguiente: no busques quimeras ni imposibles sin haber mirado antes a tu alrededor. Porque es posible que, a veces, encuentres lo que andabas buscando con tanta desesperación en la persona que menos esperabas. Sin hacer spoilers, debo decir que el final en este sentido me pareció muy, muy emotivo e instructivo. Tanto que, confieso, se me cayó la lagrimita (y hace mucho que no lloraba con una película).
En conclusión, diría que es una película muy recomendable para todos los públicos y que demuestra que, pese a todo, Pixar sigue en plena forma a la hora de crear buenas historias y, por qué no, «dotar de sentimientos» al personaje que sea. Le doy un 4.5/5 y os invito, como siempre, a comentar si os han gustado tanto la reseña como la película.
¡No olvidéis dar a Me Gusta! ¡Os quiero!
El Rincón Escritor de Paula 