The Only One – Camille&Moose (Step Up Fanfic)
Capítulo 13 – Secretos y mentiras (Nueva York)
Dos años más tarde…
Para Melissa
Moose se acaba de ir. Kristin está intentando que su compañera adivine lo que sea que está imitando sin demasiado éxito, pero mi mente ha abandonado el juego. Concretamente, desde el instante en que él se ha ido. ¿Qué le ocurre? ¿Desde cuándo tiene tanto que hacer en una ciudad que ni siquiera conoce? Mi estómago se retuerce sin quererlo al pensar en que haya podido encontrar otro grupo o, en su defecto… Cierro los ojos y sacudo la cabeza con fuerza. No, me niego a contemplar esa posibilidad. Puesto que, si fuese así… Me lo habría dicho… ¿verdad? Aunque una parte de mí reza cada minuto del día porque ese momento jamás llegue.
Sonaré egoísta pero, de alguna forma, no quiero que esté con otra chica. Quizá, aunque delante de Kristin y Jenny haya querido disimular, esta última ha conseguido hacerse oír a esa parte de mi cabeza que aúlla porque Moose se fije en mí más allá de una simple amistad de años. Sí, estoy «super pillada por él»; es una buena forma de expresarlo.
Y sin embargo, mi ánimo se enfría al pensar de nuevo en que él se ha ido. No es que no me guste estar con mis amigas pero, ¿tan difícil es de entender que quiera unir mi antiguo yo y el actual, el universitario, en uno solo? ¿Que busque compaginar ambas vidas, que crea que es posible? Ojalá.
A medida que pasan los días, mis esperanzas van decayendo. Cada vez que intento que Moose se apunte a algún plan, o no contesta o me dice que está muy ocupado, lo cual me enfada cada vez con más frecuencia. Lo admito: me duele que me oculte cosas a estas alturas del partido. Pero el hecho de reunirme con Kristin, Jenny y algunos de sus amigos hace que, a veces, consiga olvidar mi desazón y sentirme parte de algo más grande. Si hay algo que siempre he temido era quedarme sola y excluida, sin nadie que me comprenda. Hasta ahora, esa figura la encarnaba Moose. Pero debería dejar de depender de él, y lo sé.
Por eso, cuál no es mi sorpresa cuando, para un día que conseguimos quedar y hablamos para comer juntos, se presenta junto a la mesa donde estamos debatiendo sobre los disfraces de Halloween y me recuerda… ¡oh, milagro! Que hemos quedado para comer. Me sorprendo al darme cuenta de que se me ha ido la hora por completo de tan emocionada como estaba por la fiesta de disfraces, pero se me seca la boca cuando me pregunta que de quién vamos a ir él y yo. En mi mente se disparan todas las alarmas. Ya le he dicho que sí a Kristin pero, por alguna razón probablemente estúpida, no quiero decírselo. Puesto que me encantaría ir con él.
Pero mi parte racional se impone finalmente y noto cómo mis labios se abren para decirle que, como él no está nunca, Kristin y yo vamos a ir de las Olsen. Y cuál no es mi sorpresa cuando el rostro se le desencaja y me persigue hasta las escaleras repitiendo el nombre de mi amiga como si no se lo creyera. Pero, ¿qué esperaba? ¿Que qué pasa con él? Eso me gustaría saber a mí. Pero su carita dolida es más de lo que puedo soportar por lo que, con un suspiro más que resignado, les digo a mis amigas que ahora las veo antes de girarme hacia él.
-Últimamente no estás nunca por aquí y… bueno, me he cansado de esperar.
He sido muy dura, lo asumo, pero tiene que empezar a espabilar. ¿Acaso cree que voy a estar plantada siempre como una farola esperando a que aparezca? Pero él se deshace ante mis ojos para, con desparpajo pero un brillo de súplica en sus ojitos oscuros, pedirme que le dé una nueva oportunidad. Y yo noto cómo un escalofrío recorre mi espalda cuando, sin apenas pensarlo, acepto su invitación.
Ahora lo difícil será decirle a Kristin que no voy con ella pero, ¡qué diantre! ¡VOY A IR A LA FIESTA DE HALLOWEEN CON MOOSE!