Good morning everyone! Buenos días a todos y… ¡FELIZ NAVIDAD! Merry Christmas! Joyeux Noel!
Lo sé. Muchos estábais esperando este día y no solo porque venía Papá Noel, que lo sé yo.
Es el momento en este blog de adentrarnos en la que yo definiría como una de las más polémicas películas de este año en general y estas fechas en particular. Hablamos de Star Wars Episodio VIII: Los últimos Jedi.
AVISO: HAY SPOILERS.
Tras la batalla con Kylo Ren en la que Finn resultó tremendamente malherido, Rey decide embarcarse en el halcón milenario para tratar de encontrar a Luke Skywalker y que se una a la Resistencia; pero, aparte de no encontrar la respuesta que esperaba, Rey descubrirá que la Fuerza tiene muchos caminos… Y uno de ellos pasa por su peor enemigo. Pero… ¿acaso el hijo de su idolatrado y difunto Han Solo podría albergar una chispa de luz en su interior? ¿Es posible salvarlo? ¿Es realmente el monstruo que creía ver en él… O solo alguien tan asustado y solo como ella en una galaxia en guerra constante?
Bueno, damas y caballeros. Vamos a empezar por el principio.
Cuando salió el Episodio VII, casi cuarenta años después del estreno de la primera película de Star Wars (esos 40 tacos se acaban de cumplir este 2017), todos íbamos de cabeza esperando… ¿qué? ¿algo como las películas antiguas? ¿algo novedoso? ¿O un chusco como la trilogía de Anakin y Padmé?
Yo, lo admito y lo rescato en la reseña que hice hace dos años de la película. Las tres primeras veces que la vi, acabé llorando a moco tendido por la muerte de Han Solo y al Episodio VIII fui sin ilusión ninguna. Dije, vale, Rogue One me gustó… Pero, ¿qué puedo esperar de esta nueva trilogía donde el mayor ídolo que he tenido toda mi vida ya no está? Donde me han roto de entrada uno de los shippeos más antiguos de mi existencia, como eran Han y Leia… ¿Qué me queda por ver o por sufrir?
Las respuestas… aquí van.
1. Poe Dameron.
Vaya… ¿esperábais otra entrada en materia? Paciencia, mis pequeños padawan, que todo llegará.
De momento, vamos a arrancar suavecito y con uno de los personajes que, aunque inicialmente (en el pleistoceno del proyecto) se previó que muriese (y todos lo pensamos en el Episodio VII), en esta nueva entrega cobra protagonismo y se convierte casi en un líder de la resistencia junto a Leia. De hecho, dado que Carrie Fisher murió este año y no hay previsión de utilizar su imagen digital para el Episodio IX, muchos sospechan que el mando podría pasar a Dameron.
¿Motivos? Es carismático e irónico, inspira lealtad, tiene las ideas claras y es plenamente leal a la resistencia.
Y… ay (paréntesis de fangirleo) se me removieron todas las entrañas de gusto cuando recordé y volví a comprobar que su voz de doblaje en castellano era Guillermo Romero. Lo siento, tengo debilidad por ese actor de doblaje (Monroe en «Grimm», Rayo McQueen en «Cars»…). Ok, seguimos 😛 Eso sí, esto no significa que reniegue de la versión original, al contrario y ya veréis por qué en futuros puntos de la reseña. Aparte de que a Oscar Isaac y a Domnhall Gleeson (aka General Hux) los tengo en un pedestal desde Ex Machina.
2. Al fin… triunfará el amor (Finn y Rose)
Antes de que nadie salte con lo de «Poe y Finn deberían estar juntos», aviso: no pienso entrar en esa guerra. Cada cuál que piense lo que quiera.
A mí, personalmente, me ha gustado que metieran nuevos personajes femeninos y además de esos que se ensucian las manos, las botas y hasta el pelo si hace falta; sin adornos, sin maquillaje y sin remilgo alguno.
Para los que abogaban por Rey y Finn, por otro lado, desde luego en esta película se llevarían un chasco mayúsculo. Más que nada, porque se ven los cinco minutos finales y ya… Pero creo que la entrada de Rose en escena y la posibilidad de una trama paralela para Finn (y Poe, que sí, para él también, ea) junto a otra mujer en el reparto, era una decisión acertada.
Además, creo (y ya lo he hablado con más gente, así que no debo ser solo yo) que la frase de Rose al final de la película, antes de desmayarse en brazos de Finn, es muy reveladora:
«No ganaremos esta guerra matando a los que odiamos, sino salvando a los que amamos»
Y… SÍ, CORRECTO. No creo que solo se aplique a esta potencial pareja 😉
3. ¿Los últimos Jedi o EL ÚLTIMO Jedi?
Bien, lo habéis querido. Empezamos con los temas polémicos.
¿Son dos últimos jedi, realmente, como pronostica Luke, él y Rey? ¿O es él el último jedi como tal que queda?
Si nos fijamos, desde la primera película Rey no es ninguna santa virgencita, al menos en cuanto a sentimientos y emociones. Casi recuerda más a un joven Anakin inexperto que a otros ejemplos de serenidad como Luke en su día, Yoda, Qui Gon Jinn o incluso el mismísimo Obi-Wan Kenobi.
Entonces, ¿qué es? Lo exploraremos en su momento.
Mientras tanto, os dejo que lo rumiéis 😛
4. ¿Es otro calco de las películas clásicas como fue el Episodio VII?
Hombre, a pesar de los guiños varios -la aparición de Yoda en su forma etérea después de 30 años, la escena del ascensor, esa «casi» escena de «Yo soy tu padre» pero con los términos cambiados-, hay que reconocer que, para tranquilidad de la mayoría, esta no ha sido una nueva copia de «El imperio contraataca», en este caso. Yo ya llevaba el susto en el cuerpo cuando empezaron a decir «no, si es más oscura que la VII» y yo pensando «y la quinta lo era más que la cuarta, no te j***». De hecho, quizá por eso me da algo de mieditis que sea J.J. Abrams quien vuelva a estar a los mandos de la IX película (dirigió la VII; for the record). Que lo tiene difícil para hacer un «Retorno del Jedi 2.0» con el sarao que han liado en la VIII, pero oye; no mentes al diablo, que aparece.
5. Hasta siempre, Alteza.
Como todos sabemos, con gran pesar de nuestros corazones, nuestra princesa galáctica por excelencia, una de las pioneras en protagonismo femenino fuerte del cine de ciencia ficción, nos dejaba este año a causa de un ataque al corazón. Este 2017 cumplía 63 años.
El homenaje, para mi gusto, es el que tenía que ser. Sencillo, sin artefactos, pero emotivo.
«In loving memory of our princess Carrie Fisher».
Hasta siempre, princesa.
6. Pero, ¿y Luke?
Esta película es, sin lugar a dudas, la transición definitiva entre la generación pasada y la nueva. Ya dijimos adiós -con profundo dolor y bastante odio hacia el #NaughtyNephew, alias Kylo Ren- a Han Solo, el contrabandista preferido de todos los fans de la trilogía original y de aquellos que adoraban el tándem Han-Leia.
Pero, en esta ocasión, decimos adiós (o hasta pronto, quién sabe si volverá al estilo de sus mentores en el Episodio IX) a Luke Skywalker, tras redimir su culpa y su huida ayudando a la incipiente Rebelión en su momento más agónico. Por cierto, una de las mejores escenas de la película. ¿O no? 🙂
7. Cuando Kylo Ren dio el paso hacia… Kylo Rey.
Veeeeenga. Que lo estabais deseando (y yo también). Entramos en la chicha de la película propiamente dicha.
Primero: la conexión de la Fuerza. Aquí entra la primera incógnita. Snoke dice que les unió él. Pero, entonces, ¿por qué luego consiguen conectarse ellos? Para mí la respuesta es bastante sencilla. Es posible que Snoke plantara la semilla, pero la plantita se le fue de las manos cuando ambos descubrieron lo similares que eran en el fondo. Además, esta parte me gustó especialmente porque, aunque al principio Rey solo sabe odiarlo e insultarlo, a medida que se conectan más y más veces, por sus expresiones se descubre que le sorprende encontrar ciertos… ¿resquicios? de luz en Kylo Ren… o Ben Solo.
Y más importante: descubre que ni Luke es el santo redentor al que todos esperan, ni Kylo es el monstruo que ella creía. De hecho hay una cosa que me gusta bastante y es que él la empuja, digamos, a expresar sus dudas y sus miedos en voz alta. ¿Es eso malo? ¿Es una caída al lado oscuro, realmente, o es una forma de buscar que Rey madure y, al final, deje atrás sus cargas del pasado? Particularmente, esas escenas en las que Kylo le dice eso de «Venga, dilo» son de mis favoritas.
Segundo: sin hacer demasiado spoiler, decir que el propio Adam Driver confesó en una entrevista que ambos personajes probablemente se sentían muy solos y que, además, ninguno era blanco ni negro, que los dos tenían luz y oscuridad.
¡AHÍ QUERÍA YO LLEGAR!
¿Alguien ha oído hablar de eso de que los Jedi grises por fin han sido aceptados en el canon de Star Wars? Y digo yo, ¿por qué no? ¿Por qué no puede ser esa la salida a esta trilogía? ¿El equilibrio definitivo?
Lo hablábamos en su día: Kylo Ren era un quiero y no puedo de Darth Vader -en esta película, cuando rompe la máscara en el ascensor, vemos su evolución, su rechazo a esa idea y su comienzo de madurez-, alguien opuesto a Anakin, que quería ser malo pero tenía luz en su interior. ¿Y si nos fijamos en Rey? ¡Exacto! ¡Es como era Anakin! Quiere ser buena, pero tiene rabia en su interior, algo potenciado por no saber -o no querer admitir- qué ha sido de sus padres.
Para este momento, lo más ilustrativo va desde la escena del ascensor hasta el momento en que Rey trata de recuperar el sable de Luke y este estalla por la presión de la Fuerza. Para mí, es tan sumamente intenso todo ese hilo conductor (y creedme, es mucho mejor en inglés que en español), que dije… Dioses, ¿y ahora qué? Si le ponemos el broche del momento en que Rey cierra la puerta a Kylo -literal y metafóricamente- del Halcón y de sus pensamientos, y vemos cómo él se hunde, arrodillado en el suelo, inclinando la cabeza con derrota.
«Esta no es tu historia. No vienes de ninguna parte, no eres nadie. Pero no para mí. Únete a mí, por favor».
«He visto tu futuro (…). Cambiarás.» «Yo he visto tu futuro. Y sé que, cuando llegue el momento, serás tú la que cambie y esté a mi lado». «Puedo ayudarte, Ben. Déjame ayudarte».
«¡Aún te estás reprimiendo, déjalo ir!»
Cada frase que intercambian en esos fotogramas, en esos instantes, antes, durante y después de la lucha con los guardias de Snoke, para mí fueron de lo mejor que tiene la película en cuanto a trama. Y creo que son semillitas muy bien tiradas para hacer un Episodio IX a la altura. Ese guión les marca un camino, a mi parecer, para dejarse de clichés y lograr el equilibrio definitivo. El ying y el yang. ¿Quién compra esa idea? Yo, de cabeza. Y no hablo de redención total por amor por parte de Kylo, creedme. Hablo de eso que comentaban Rey y Luke en el entrenamiento: muerte, vida; violencia, paz; luz, oscuridad. Y en el centro, en el equilibrio… ¡La Fuerza! ¡SORPREEEEESAAAA!
8. Hablando de Rey y su posible lado oscuro…
En serio, ¿nadie ha notado la sutileza de que se ha soltado el pelo y ha oscurecido su ropa? ¿Eso a nadie le dice nada?
Es como Luke cuando decidió vestir de negro tras enfrentarse a su lado oscuro, que eso es algo aceptado en el canon de Star Wars.
Porque, salvo excepciones, ¿de verdad alguien es totalmente bueno y no cae nunca en la tentación? ¿De verdad la pasión, la desinhibición, etc, son parte del lado oscuro? Evidentemente, los celos, el temor a la pérdida, son lado oscuro. Pero yo os pregunto, ¿creéis que esos sentimientos son sanos en cualquier relación normal? Y sí, ya hablo de salud, ni luz ni oscuridad. Hablo de ser feliz.
9. Snoke, Rebels y la ascendencia de Rey:
Uy, lo admito.
Yo ya era de las que también relacionaba a Snoke con Star Wars Rebels hasta el último momento. Pero, como dijo Daisy Ridley en una entrevista, lo que pasa en las películas es lo que continúa en las películas; no meten nada de fuera. Y bueno, cuando vi lo flojeras que era el mozo en comparación con el emperador, que hasta Kylo Ren (sin tono peyorativo, que conste) era capaz de ensartarlo jugando al despiste como a un pincho moruno, pues se acabó Snoke. Lástima, porque Andy Serkis a esos personajes les da mucho juego.
La pregunta ahora es, si Kylo se ha convertido en Líder Supremo, ¿volverá a la oscuridad? ¿Qué pasará? Sí, hijos míos. Nos van a tener dos años dándole al coco…
Ah, por cierto, menos mal que no se cumplió mi predicción de que Rey era hermana de Kylo… Pero tampoco quiero shippear, lo confieso, por si luego me llevo el disgusto padre.
Bastante tengo con tener una lista de Spotify solo para ellos…
¿Qué? ¿En qué estábamos? ¡Ah sí!
10. El súbito atractivo de Kylo Ren.
Sí, esto para cerrar de broche. Y es que, aunque le odié muuuucho mucho mucho mucho MUCHO cuando mató a su padre, en esta película Adam Driver (que es un pedazo de actor, hay que decirlo) le da un «algo» a su personaje que hace que, en el fondo, casi acabes tomándole cariño (¿o lástima?) y estés deseando poder ser Rey para llevarle a la luz, para que deje de sufrir internamente y pueda descubrir lo bueno de la vida.
Y, admitámoslo, a pesar de su carisma, ¿quién veía realmente a Han Solo con madera de padre? Si lo piensas, no era el rol que más se le adecuaba a su forma de ser, y ahí a veces entiendes los sentimientos de Kylo.
Pero, aparte del niño malcriado del episodio VII, empiezas a ver a un nuevo Ben Solo/Kylo Ren que surge del capullo, con más matices que el anterior.
Lo dicho, veremos a ver qué camino termina llevando en el siguiente Episodio. Pero yo tengo confianza, ahora sí, en que Rey y él puedan equilibrarse mutuamente.
Y con esto doy por finalizada la reseña del Episodio VIII de Star Wars. Como siempre, gracias por las lecturas, los comentarios y por compartirla con vuestros más allegados 🙂
¡Que la Fuerza os acompañe!