¡Buenas una tarde más, amantes de la literatura! Continuamos con la fantasía una reseña más, aunque en este caso volvemos a irnos a un mundo ajeno al nuestro. Un mundo donde los tesoros pueden perder su brillo de un día para otro. Hablamos de la primera novela que publicó el gran Brandon Sanderson -mentor reforzado a partir de ahora, lo juro-. Bienvenidos… a Elantris.
En efecto, Elantris era una ciudad de bendiciones, de dioses caminando sobre la faz de Opelon que daban sin esperar nada a cambio. Al menos, hasta el día en que sus rostros empezaron a cambiar. La ciudad dejó de brillar, sus habitantes fueron condenados a ser apenas muertos en vida y las rebeliones populares de las ciudades vecinas se llevaron a casi toda la población.
Ahora, aquellos afectados por la Shaod son conducidos al interior de Elantris. Al infierno. Pero todavía hay alguien que se pregunta… Por qué. ¿Qué hizo que cayera la ciudad blanca? Y, sobre todo, ¿es cierto que no hay esperanza para sus nuevos habitantes?
Aunque hace relativamente poco que leí «Steelheart», el azar quiso que la opera prima de Sanderson se cruzase en mi camino, haciéndome conocer una faceta del autor que no había llegado a catar. Cierto es que todo el mundo me habla maravillas de «Nacidos de la bruma» pero, de verdad, leer esta novela y después descubrir que fue su primera primerísima publicación… Te deja con la boca abierta.
Os preguntaréis por qué. Bueno, es sencillo. Planteemos una historia… sencilla. Un príncipe, una princesa, y un malo. Hasta ahí, todo estupendo, sencillo, no nos explota la cabeza y de hecho decimos: «bah, qué simple». Si añadimos una ciudad maldita… ¿qué tal? ¡Oh! Demasiado mainstream, claro. Pero si conseguimos que el príncipe quede maldito y todo el mundo finja que ha muerto mientras lo relegan a Elantris para pudrirse, que su esposa por convenio que viene en barco del otro lado del mar es una mujer de armas tomar y se encuentra casada y viuda al mismo tiempo, y el malo es un sacerdote de una religión procedente del este a la cual se debe convertir el país del príncipe si no quiere ser arrasada… Igual, la cosa cambia, ¿no?
Además, cada capítulo te lo cuenta uno desde su punto de vista. Y son solo 3, no tropecientos -los entendidos sabrán a qué saga me refiero-.
La ambientación y la trama son estupendas. Cada personaje tiene su motivación y su forma de ver el mundo y de hacer las cosas para el bien de los suyos, en comunión con sus ideales en particular. Todos ellos terminarán interaccionando de una manera o de otra, verán sus pilares tambalearse a causa de los acontecimientos y se plantearán si realmente sus acciones son las más adecuadas o los prejuicios son los que guían sus pasos.
Ambientado en un mundo de fantasía en el que todos los detalles tienen su significado, Elantris nos transporta y hace volar la imaginación junto a los tres protagonistas principales. Cada lector se sentirá más identificado con uno de ellos, pero yo confieso que no soy capaz de elegir. Tras el punto final -y seguido, que es trilogía-, no soy capaz de elegir. Y al hilo de esto, la última puntualización: continúa, pero el final de la trama dela propia novela está cerrado y bien cerrado. Es un punto y aparte muy claro, pero que te contiene un poco las ansias de echarle mano al siguiente volumen.
Creo que voy a ponerle un 4,75/5 y nos vemos la próxima semana, que espero traeros algo poco al uso. ¡Que los Dioses os protejan!