¡Feliz viernes una semana más, brujines! Retomamos esta sección con las pilas cargadas y una película que, valga el chiste, “pisa fuerte”. Estamos hablando de “Warcraft: el origen”, basada en el primer videojuego que salió de la popular saga del mismo nombre.
En esta cinta nos encontramos una trama conocida por los fans del juego: los orcos han perdido su hogar a causa de las malas artes de un nigromante de su raza, Gul’dan, que domina la magia oscura del Fel, un poder destructivo que se alimenta a partir del sacrificio de vidas de cualquier tipo de criatura. Gul’dan ha prometido a sus seguidores una nueva tierra que conquistar gracias a ese enorme poder, la tierra de Azeroth, donde los humanos, los elfos, los enanos y otra serie de criaturas feéricas habitan en armonía desde hace muchos años. Pero, una vez llegados allí, no todos los orcos estarán de acuerdo con las ambiciones del malvado hechicero y buscarán una alianza con los humanos, al precio que eso sea posible…
De entrada, reconozco que mi primera intención de ver la película, aparte de tener una tónica similar a otras fantasías épicas que me gustan como “Dragones y Mazmorras” (el juego de rol sobre todo, aunque confieso que en su día me gustó la adaptación en la que Jeremy Irons hacía de malo malísimo), “El Señor de los Anillos” o “En el nombre del rey” , fue el estudio que estaba detrás. Aquel que hizo posible en su día que los juegos viesen la luz y es responsable de toda la saga “Warcraft”, incluyendo la franquicia online “World of Warcraft”. Estamos hablando de Blizzard Entertainment. Durante años he visto los tráiler sucesivos de los juegos y desde mi más tierna infancia decía “madre mía, este juego tiene que ser maravilloso, me encanta este tipo de animación”. Y cuando vi el tráiler de la película de Warcraft y vi que tenía planos al más puro estilo Blizzard, sabiendo después que eran productores de la película, no me lo pensé: yo quería ver esa película.
No he jugado al juego, lo admito, y ahí me guío por opiniones de gente cercana al respecto de que, para la trama que tenía aquel, la película está bastante bien adaptada y es una buena introducción. Pero al margen de eso, debo decir que me han gustado cosas como la banda sonora, los planos que ya comentaba y los efectos especiales, sobre todo a nivel de conjuros y magia. Ahí se nota mucho la mano de Blizzard. Para muestra un botón (Trailer de «Warlords of Draenor» en el que además, sale Gul’dan)
Como únicas pegas, dos y de índole técnica: a veces se notaba mucho que lo que había detrás del actor era un croma; y en algunas caracterizaciones digitales el efecto no quedaba del todo integrado con el actor en determinadas escenas. Aunque, quizá, es solo la impresión inicial puesto que a medida que avanza la película, yo diría que esas cosas casi se te van olvidando y te centras en la trama. La cual tiene pocos giros que sorprendan, también es verdad, a veces salta de una escena a otra demasiado rápido y no tiene mayor complejidad que una guerra entre humanos y orcos. Pero aun así, al que le gusten los juegos, los tráiler de Blizzard y este tipo de tramas de fantasía épica y bélica, la recomiendo. A mí, personalmente, se me pasó en un suspiro.
Ah, por cierto: la pose de Dominic Cooper, al que conocí en Mamma Mía, en la piel del rey Llane, fue un shock curioso 😀
Le doy un 4/5 y os espero en la próxima, cinéfilos 😛 ¡Feliz finde!
Estaba indeciso, pero voy a aprovechar y la voy a ver en pantalla grande, que creo que es donde más se va a disfrutar 🙂 Yo no jugué nunca a WoW, aunque sí me eché mis partidacas al Warcraft III… y al DotA en sus orígenes.
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Hay quien dice q la adaptación es mala, otros buena… Particularmente yo disfruté como una enana y mi favorito es Durotán 🙂 un besazo!!
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