
Buena tarde, amores cinéfilos. ¿Cómo avanza enero? Espero que estéis bien y con ganas de leer más reseñas de todas esas películas que he visto en los meses pasados y que gota a gota llegan a mi tablón para compartir mis impresiones con vosotros. Hoy nos vamos hasta la América profunda de los años cincuenta y sesenta para descubrir los comienzos de «El Rey del Rock» y por qué se convirtió en una figura de culto como la que era. Are you ready? 🕺
Probablemente no haya nadie que no haya oído hablar en algún momento de la estrella del rock Elvis Presley. Pero ¿cómo empezó su carrera? ¿Cuáles fueron sus inicios e influencias? Desde su ascenso a la fama hasta su superestrellato sin precedentes, Elvis Presley siempre estuvo acompañado de su enigmático, excéntrico y controlador manager «coronel» Tom Parker. Durante dos décadas, Parker fue el encargado de que Elvis Presley fuese conocido en América y el mundo, aunque nunca le permitiese salir de gira fuera del continente. Para Parker, no debía existir nada más que la música en la vida de Elvis… y él, pero todo se complicará el día que aparezca en escena una de las personas más influyentes de la vida del icono del rock: Priscilla Presley.
RESEÑA

Una vez más, nos encontramos ante una película de esas que si no hubiese tenido la suscripción mensual del cine quizá no hubiese ido a ver a la gran sala. Aparte de que por norma los biopic no están entre mis prioridades en cuanto a cine, en este caso admito que me llamó especialmente la atención el tráiler cuando lo vi en los anuncios previos a otras películas… Y no me arrepiento de haber ido a verla.

Como primera nota, advertir que cuando fui a ver la película al cine, yo era una absoluta profana en cuanto a la leyenda de Elvis Presley y aún lo sigo siendo. Por supuesto, todo el mundo ha escuchado los mitos en torno a su persona o conoce esa escena de «Forrest Gump» donde el protagonista afirma que él le enseñó esos movimientos de cadera. Igualmente, todos hemos escuchado alguna vez el original o una versión de «Can’t help falling in love» (en mi caso, tenía predilección por la versión de A-Teens en «Lilo y Stitch») o «My Way» (con perdón, me encanta la versión de Robin Williams en «Happy Feet» 🙂 ).

Me refiero: Elvis es una personalidad que forma parte desde hace mucho tiempo de la cultura popular y no sólo por los muñequitos cabezones que adornaron muchos salpicaderos de coches durante décadas, cosa que recuerdo de mi infancia y adolescencia.

En particular y antes de entrar en detalles sobre la película, destacaré sin dudar la interpretación de Austin Butler (merecido Globo de Oro) y Tom Hanks de Elvis y el «coronel», respectivamente, que te hace creerte cada segundo de metraje y de relación entre ambos. Al «coronel», por supuesto, terminas odiándolo sin remedio porque es uno de todos esos ejemplos que se han escuchado alguna vez de representantes caraduras que se aferran a sus artistas con uñas y dientes con tal de seguir haciendo caja, pase lo que pase con su salud física y mental.

En este sentido, también he sentido algo de empatía por otros ejemplos que he visto en los últimos años incluso de artistas patrios que han saltado al estrellato de mano de productores y representantes que sabían vender su producto, fuera como fuese, pero que muchos de ellos en el fondo tenían orígenes humildes igual que Elvis. Por supuesto, no sé si alguno de los ejemplos que me vienen a la mente llegarán a tener su repercusión o su influencia, pero supongo que estaría entre sus grandes objetivos algún día. No los culpo. Aunque, si pudieran hacerlo sin acabar en las mismas circunstancias ni tan jóvenes, quizá sería preferible… 😉

Con esto, también quiero aprovechar a recordar que la hija de Elvis murió justo la semana pasada de un ataque al corazón y a los 54 años, similar a lo que le sucedió a su padre, aunque no tengo claro todavía si las circunstancias eran similares. En esto, me ha hecho gracia siempre la «leyenda urbana» sobre que Elvis nunca murió y fue todo un montaje, la verdad 🙂 Es como una nota divertida a una vida que estuvo llena de claroscuros incluso entre las lentejuelas y el glamur de Las Vegas.
A pesar de los intentos del «coronel», me resultó bastante emotiva y tierna la relación que en realidad Elvis tenía con su madre y que quiso tener con Priscilla (al menos lo que refleja la cinta), teniendo sobre todo a esta segunda como uno de sus grandes apoyos sobre todo cuando su madre faltó en su vida. Esta cinta, sin duda, te hace reflexionar sobre qué influyó realmente en que la vida privada de Elvis se deteriorase de tal manera conforme pasaban los años, sobre todo tras la negativa de ir de gira fuera de América por parte de su representante.

Por último, me gustó mucho la parte de la película en la que se explora la relación y el compromiso de Elvis con la comunidad de color de Estados Unidos en unos años que fueron muy, muy turbulentos, incluyendo la muerte de otro icono reivindicativo como fue Martin Luther King. En particular, me resultó interesante la relación entre Elvis y el que entiendo que era B.B. King, otro gran referente de la música negra. Para los que no hayan leído otras de mis reseñas, sí: me APASIONA la música negra (R&B y soul sobre todo, siendo menos fan del reggae y del jazz) y creo que aparte de la voz angelical que ya tenía Elvis, su relación con esa cultura musical le aportó mucha influencia incluso para crear rock&roll.
A modo de conclusión, pues, diría que a la película le doy un 4.5/5 Y esto es todo por mi parte de momento. Recordad seguir el blog a través de los botones de la derecha así como mis redes sociales 🙂
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