¡Hola, brujis! ¿Cómo va todo? ¡Feliz Año 2021 y mis mejores deseos para que todo vaya lo mejor posible!
Lo sé, mis brujines. Es posible que esta reseña cinéfila tuviese que llegar mucho antes, incluso poco después de su estreno en cines. Sin embargo, he decidido que es una buena forma -o no tan buena, quizá, ya lo iremos viendo- de empezar este año 2021 que de momento se antoja tan difícil o más que el 2020.
Imperio Chino, Antigüedad. En un mundo donde las mujeres permanecen en casa como buenas esposas y los hombres van a la guerra, esta última ha decidido volver con todas sus fuerzas después de años de paz. Por esto, el emperador se ha visto obligado a llamar a un hombre de cada familia para defender el país. Sin embargo, la joven Mulán teme que su padre, si vuelve al campo de batalla, no vuelva jamás. Además, la muchacha esconde un profundo secreto en su interior, algo reservado sólo para los hombres, pero presente bajo la superficie en muchos de los habitantes del Imperio, sean del sexo que sean. Así, deseando probar su valía y proteger a su padre, la joven Mulán decidirá huir al frente disfrazada con la armadura de su padre. Pero, ¿estará cumpliendo con los preceptos que dicen que debe ser leal, valerosa y sincera consigo misma sin poder demostrar que es una mujer?
RESEÑA
Esta nueva versión del clásico de Disney «Mulán», adaptación de la leyenda china acerca de esta famosa guerrera del antiguo imperio, nos trae un modelo live action de esa heroína con la que todos, o muchos de nosotros, crecimos desde muy pequeños.
Yo, en particular, recuerdo incluso haber ido a ver la versión original al cine, cuando apenas levantaba cuatro palmos del suelo. Fue una película que me marcó y, sin duda, entró en el Top 5 de mis películas Disney preferidas de animación (con permiso, por supuesto, de Hércules y El Jorobado de Notre Dame).

Cuando supe que iba a salir la versión live action, no obstante y como con muchas otras que ya han salido, seguía con cierta reticencia. Es decir: Cenicienta me gustó; «La Bella y la Bestia» con Emma Watson, cuestionamiento o no de su «feminismo» aparte, también. Sin embargo, cuando llegaron Tarzán, El Libro de la Selva y El Rey León con ordenador y CGI a tope, mi interés admito que decayó. Luego llegó Aladdin, que aún la tengo en pendientes a pesar de que sólo ver algunas fotos en su día me pareció que era un montaje de serie Z más que una película de Disney, pero vaya… El caso: que en estos últimos años nos hemos encontrado adaptaciones de todo tipo, ¿verdad?

En cuanto a Mulán. Veamos por partes que podemos extraer de esta película. Si empezamos por la trama, veremos que es algo diferente a la que teníamos en el clásico Disney. Primero, desde el momento en que Mulán tiene una motivación «mística» para probar su valía, más allá de salvar a su padre. Y digo yo… ¿POR QUÉ? Decidme: es que acaso Mulán necesita otro motivo aparte de la noble tarea de querer proteger a su padre, aunque sea haciéndose pasar por hombre en una sociedad y un sector donde no se admitían mujeres, para probar su valía? Pues sí, se ve que tenía que tener poderes. Si no, hm, no.

Por otra parte, tanta guerra con que no querían meter elementos fantásticos ni al carismático Mushu. Pero, oye: ¡metemos a un fénix, aunque sólo lo pueda ver ella, que eso mola!…
¿Dónde está mi Mushu? 😦

Tercero, vamos a la villana de la película que es que, ay, mira, como es mujer no puede ser mala del todo. Pues lo siento, señores: ¡LAS MUJERES MALAS EXISTEN Y HAY MUCHAS QUE CONOZCO PERSONALMENTE! ¿Estamos? Es decir, no puedes ponerme a una bruja poderosa y vengativa que, de repente, por estar Mulán delante, se le bajan las braguitas y dice: «ay, es que no quiero hacerte daño». Fuera de personaje, mira, que no…
Cuarto, incongruencias de diálogo por quedar mejor… ¿mejor que qué?, diréis. Pues mira ni lo sé. Pero que te digan que te largues al exilio y pidas, sin demasiada convicción, que prefieres que te ejecuten, en el contexto de la película donde se da a mí os confieso que me entró la risa. Dije… «pero, ¿esta muchacha dónde va?». Cuando, además, recordemos: ¡en la versión de animación, era TODO LO CONTRARIO!
«Tu vida por la mía. Así pago mi deuda», Li Shang.

Sentido ninguno de ese momento, pues. Si lo sumamos a los momentos pelo Pantene en pantalla cuando sale a batallar por fin revelando que es mujer, dices… Realista creo que no es, pero vale.
Por último y no menos importante: los presupuestos de decorados. Me vais a perdonar, pero es que «Tigre y Dragón» hace más de veinte años estaba mejor hecha, no me fastidies… Y sí, era una ambientación muy, muy similar a la de Mulán. ¿Qué ocurre? ¿Acaso a Disney se les ha ido demasiado dinero en intentar explotar Star Wars y no les quedaba para adaptar clásicos? No sé…

¡Ah, y se me olvidaba un punto importante (aunque polémico)! Volvemos al tema de mensajes feministas. Sí, vale, muy bien: Mulán es un icono feminista como la copa de un pino y no lo discutiré jamás. Pero, por favor: dejad de convertir a mujeres de verdad en parodias por quedar bien, por favor. Disney, quien sea. Parad. Ser feminista o ser una mujer fuerte no está reñido con defender tus ideales con integridad y sin pataletas, con ser educada a pesar de que te reviente que un hombre intente ligar contigo y tú no quieras; y tampoco está reñido con el hecho de que sin poderes místicos que te hacen ser la repanocha puedes ser igual que un hombre en muchos aspectos. Y hasta aquí mi disertación hacia el feminismo moderno por hoy.
Por cierto, lo único que se libra de la película es la BSO cantada por Christina Aguilera. Admito que la nueva versión de «Reflection» supera con creces a la de 1996.
Con todo lo dicho, concluyo que esta película no se va a llevar más de un 1.25/5, y mirad que no suelo poner este tipo de notas. Pero creo que, en esta ocasión, lo merece sin duda.
¡Buen comienzo de año y no olvidéis comentar vuestras opiniones debajo de la entrada! ❤ ¡Besos grandes!