¡Buen lunes, brujis! ¿Cómo va comenzando marzo? ¿Se nota ya la llegada de la primavera / el otoño -dependiendo desde dónde me leáis- <3?
Pues sea uno u otro, aquí os traigo una reseña que seguro llevará calor a vuestros corazones (aunque, seamos justos, por temática es cierto que tenía que haber llegado hace algún tiempo ya… Mil perdones por el retraso).
Jesper. Prototipo de niño rico y mimado que jamás querría abandonar la comodidad de una vida llena de lujos y vacía de responsabilidades. Pero su padre no está dispuesto a tener un hijo vividor por mucho más tiempo. Así, tras el fracaso de Jesper en la Real Academia de Correos del reino, su padre, cabeza máxima del gremio, decidirá dar una lección a su hijo. Un año en Smeerensburg, una remota isla al norte de todo lo conocido, teniendo que matasellar 6000 sobres, parece un castigo lo suficientemente ejemplar para alguien como Jesper. Sin embargo, nada es lo que parece en la pequeña isla de Smeerensburg y el joven desahuciado pronto lo va a descubrir… Para bien o para mal.
RESEÑA
La historia de Klaus, como podéis imaginaros nada más ver el cartel, es una historia de Navidad. Sí, de ahí lo del retraso y la disculpa, mil perdones again.
Sin embargo, debo decir de entrada que es una de las mejores películas que vi durante el año pasado, aunque ya fuera en diciembre de 2019. Su estreno en Netflix pasó más o menos desapercibido, es cierto; pero cuando empecé a oír críticas positivas de la película incluso diciendo que le daba mil vueltas a una superproducción como «Frozen 2», decidí que era momento de darle una oportunidad de cara a las Fiestas. Y acierto total.
Primero de todo, no deberíais juzgarla solo por ser de animación. Ese concepto parece que siempre está ligado a «infantil», «poco serio» y «sin fondo». Pero quien vea Klaus se dará cuenta de que es todo lo contrario.
Es una película que, a nivel creativo, bebe de diferentes técnicas y no es ni 3D, ni 2D. Es una mezcla única entre ambos que te hace quedarte pegado al televisor solo por decir: «¿Qué demonios estoy viendo?» Además, se nota que tiene algunos homenajes, pretendidos o no, a maestros de la animación y el stop-motion como Tim Burton. ¿Nadie se ha fijado bien en esas niñas con el muñeco de nieve? 🙂
Por otra parte, muestra una historia de fondo que, para bien o para mal, podría seguir sucediendo. Frustraciones, rencillas, guerras eternas por motivos absurdos… Y la necesidad de que los niños tengan ilusión y aprendan sobre valores positivos todos los días. Ese creo que es un mensaje claro de la película. Si lo sumamos a la presencia de un señor enorme y un ayudante que reparten regalos a los niños que se portan bien, tenemos la mezcla navideña hecha. A pesar de que, ojo, la Navidad solo resulta ser una pequeña parte de esta historia. Ahí lo dejo 🙂
En cuanto a en qué idioma verla, en este caso y aunque sea una película de factura española, recomendaría verla en inglés con subtítulos. ¿Por qué? Porque le pasa lo que en su día le pasó a la famosa Planet 51. Estudio español que crea un proyecto de animación pero para darle suficiente visibilidad es necesario que primero pase por el idioma anglosajón. Solo con ver el movimiento de la boca de los personajes se nota que es así. Y supongo que siendo un producto de Netflix, sería casi una exigencia inicial o una forma más sencilla de moverla. Quién sabe…
En general y para concluir, es una película que recomendaría ver a toda la familia, sin pensar en edades ni en si es animación o no. Se puede disfrutar de principio a fin si se encara sin prejuicios y solo queriendo disfrutarla… Creedme, lo haréis. Mi enhorabuena a Sergio Pablos por un trabajo que, desgraciadamente, no ha sido reconocido lo suficiente en su país de origen 😦
Klaus se lleva sin duda uno de los pocos 5/5 de mi blog y espero que me dejéis vuestro comentario cuando la veáis para que podamos intercambiar ❤ Siempre con respeto, por favor, eso sí. Siempre.
¡Gracias por estar ahí una semana más!
El Rincón Escritor de Paula 