The Only One – Camille&Moose (Step Up Fanfic)
Capítulo 16 – Soy un estúpido (Nueva York)
Unos días después
Para Karime
El día está soleado a pesar de que ya estamos a mediados de noviembre, y la temperatura es tan agradable que todavía puedo caminar en mangas de camisa. Cuando estoy a punto de salir por la puerta del rectorado de la Universidad, inspiro hondo. No sé cómo, pero he conseguido entrar en dos carreras, las cuales me atraen de diferente manera: la ingeniería, las luces, la tecnología… Siempre se me han dado bien. Pero el baile… No quiero creerlo mucho, nunca he querido, pero todos los que me rodean afirman que he nacido para ello. Y, por si acaso, dado que con cualquier acorde mi cuerpo responde solo, quiero probar si puede llegar a ser algo más.
Camille está esperándome sentada en un banco, unos cuantos metros a mi derecha. Sin que ella sea consciente, la observo durante unos segundos y vuelvo a decirme que soy el idiota más redomado del planeta. La he visto crecer; después de que se fuese a Nueva York de intercambio en el instituto, cuando yo me cambié a la MSA, pensé que la había perdido para siempre y fue la sensación más desagradable de mi vida. Pero cuando volvió, se transformó en mi mejor amiga y prometimos que siempre estaríamos juntos, lo asumí como algo natural.
Sin embargo, ahora la miro y veo algo más. El modo en que ladea la barbilla para mirar a la gente que pasa, sus manos enlazadas y escondidas entre las rodillas, su ceño algo fruncido cuando se ensimisma… Suspiro sin poder evitar rendirme a lo obvio y evidente: algo en mi interior salta y rebota como yo cuando bailo si ella me mira, me sonríe o me abraza. La semana que pasé casi sin verla, arrinconado en su indiferencia, después de Halloween, me hizo comprobar que es muy cierto eso que dicen de «no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes». Como un imbécil, siempre había asumido que Camille estaría para mí y yo para ella; pero también he visto lo que pasa cuando no cumples tu parte del trato. Y sí, le dije que era mi mejor amiga en todo el mundo mundial. Pero una parte de mi dura cabezota se plantea si no sería posible… Mmm no. Es Camille, es mi mejor amiga. Sería raro, ¿verdad?
Veo cómo se remueve en el banco, impaciente, y mira hacia la puerta. Así que, para que no cante mucho que la estoy espiando, decido avanzar en su dirección lo más despreocupadamente posible. Efectivamente, en cuanto me acerco al banco salta como un resorte y se acerca a mí.
-¿Y bien? -me pregunta.
Y yo, viéndola ahí parada con los ojos como platos, pendiente de cada uno de mis gestos, reconozco que no puedo resistirme a hacerle de rabiar un poco.
-Bueno, yooo… -hago una pausa dramática y suelto como quien no quiere la cosa-. Ya estoy en dos carreras, así que…
Su reacción me alegra tanto que me echo a reír sin quererlo. Salta, grita, me abraza… y yo me vuelvo a reír y la abrazo también, encantado. Ahora sé más que nunca que puedo contar con ella, que la quiero y no solo como a una amiga. Pero cuando se separa de mí y vuelve a mirarme, sin querer me echo atrás. Querría besarla, pero me da corte que se aparte y estropear el momento, así que me limito a decirle:
-Cam, gracias por apoyarme.
Ella sonríe y, al cabo de un rato me dice:
-De nada.
De repente, el mundo parece detenerse. Estamos aún cogidos de la mano, nos miramos en silencio… Pero el momento pasa cuando Cam me suelta, se pasa un mechón de pelo por detrás de la oreja con prisa y me avisa de que tenemos que ir a despedir a Luke y a Natalie.
¿Veis? La suya sí que es una historia de amor con final feliz. Ojalá yo pudiese tener una igual. Pero la única reminiscencia de ese chispazo frente al rectorado queda en cómo Camille me toma de la mano de nuevo y me arrastra hacia Grand Central casi corriendo.