autor · baile · cine · erótica · Fanfic · Inglés · new adult / young adult · paula de vera · romántica · Saga

#FanficThursday: Step Up (Capítulo 4)

The Only One – Camille&Moose (Step Up Fanfic)

Capítulo 4 – Un reencuentro agridulce (Baltimore)

Resultado de imagen de imagenes unbreak my heart

1 año después…

Camille:

Ya estoy aquí. Vista de frente, la MSA impone, lo admito. Su gran escalera y sus arcos de entrada hacen que el estómago me dé un vuelco. Hace apenas unos días que me presenté a las pruebas y me dijeron que estaba admitida, para gran alegría de Tyler. He estado durante un año viviendo con Nora y él en Nueva York, saliendo de gira con ellos, preparándome para las pruebas y realizando un intercambio. Ambos pensaban que conocer la Gran Manzana podría atraerme hacia el baile… y lo consiguieron.

Pero, aquí y ahora, no sé si estoy preparada para ello.

«Vamos, Camille, no puedes rajarte ahora». Así que respiro hondo, cuento hasta cinco y subo el primer peldaño. Luego el segundo, el tercero… Y cuando quiero darme cuenta, estoy dentro. La escuela es enorme y los alumnos ya pululan de acá para allá, nerviosos por el comienzo de un nuevo curso. Yo sé que tengo que ir al estudio de baile 1, pero no encuentro ni siquiera un triste mapa que me indique dónde está. Sin embargo, en vez de quedarme como un pasmarote delante de la puerta, opto por acercarme a un alumno que se encuentra apoyado en una columna, de espaldas a mí. Tiene el pelo rizado y oscuro semi-tapado por una gorra azul, viste una camisa de cuadros de manga corta y parece absorto en la música que escucha.

–Perdona –lo llamo tocando su hombro. Él se vuelve un poco de golpe, probablemente sorprendido, y se quita los auriculares antes de mirarme. Yo, por mi parte, noto cómo mi rostro se desencaja del todo al comprobar quién es–. ¿Moose?

***

Repara mi corazón… di que me amas otra vez…

Sí, sin duda la canción que acaba de saltar en mi mp3, Un-Break My Heart de Tony Braxton, es la más adecuada para mi estado de ánimo. No suelo escuchar música tan lenta, a ver qué os habíais creído. Yo soy más de Lil Wayne, Snoop Dogg y gente así. Pero esta canción es cierto que siempre me ha gustado. Transmite… paz. Y ahora mismo, como decía, parece que hablase de mí.

Hace un rato que, desde mi escondite, si es que puede llamarse así, he visto pasar a Sophie con su nuevo novio. Al parecer, un chico que ha conocido este verano y que está en la compañía de danza a la que accedió en las pruebas de principios de septiembre. Cuando me besó tras competir en «Las Calles», el año pasado, reconozco que después pasé los mejores cuatro meses de mi vida. Al menos, hasta que Sophie, la perfecta Sophie, la triple corona de la MSA, decidió que éramos muy diferentes y ella aspiraba a más. Por suerte, ya no tendré que verla más este curso, puesto que ha terminado sus estudios. Aunque, sin que sepa por qué, mi corazón aún se parte al contemplar esa posibilidad.

Una tímida mano golpeando mi hombro con suavidad me sorprende y me incorporo de golpe. He quedado con Andie aquí mismo para reencontrarnos tras el verano y charlar un rato antes de entrar a clase de Técnica –algo que odio bastante, por cierto– pero sé de sobra que su saludo sería mucho más amistoso. Curioso, me giro. Y creo que mi perplejidad compite con la suya cuando dice mi nombre.

–¿Ca…? ¿Camille? –me atraganto. No es posible. ¿Camille Gage, la hermana de la leyenda del Street Dance Tyler Gage y mi mejor amiga de la infancia está aquí y ahora? Ella sonríe al comprobar que yo también la he reconocido–. ¿Qué…? ¿Qué haces aquí?

***

Madre mía, es Moose… Mi parte racional intenta tranquilizar a su contrincante a toda velocidad. Mi mejor amigo de siempre está delante de mí, aunque llevo un año entero sin verlo y debo reconocer que lo he echado de menos. También ha cambiado: ha crecido y está increíblemente delgado, pero sigue teniendo la misma sonrisa hechizante de siempre. Sacudo la cabeza. «No pienses en eso, Cam», me fuerzo, «no es el momento». Claro que ambos tenemos dieciséis años y las hormonas a tope; al menos, yo. Con toda la entereza que soy capaz, me obligo a responder a su pregunta.

–Hice las pruebas la semana pasada y, bueno… –me encojo de hombros con gesto de evidencia–. Me han cogido y aquí estoy. ¿Y tú? –me atrevo a preguntar.

La verdad es que siempre supe que Moose bailaba de vicio, pero jamás imaginé que haría de ello algo cotidiano. Al fin y al cabo, mi hermano Tyler aportó mucho al respecto en la escuela, no es por presumir…

***

Mi cerebro tiene mucho que procesar. Camille ha vuelto de Nueva York, ha hecho las pruebas y está en la MSA. Conmigo.

–¿Yo? –inquiero, como si no supiera qué me pregunta exactamente–. Ahhh… Bueno, pues… –me rasco la cabeza. Reconozco que estoy nervioso teniéndola aquí delante y no entiendo bien por qué. Somos amigos desde críos, ¿no?–. La verdad es que entré por iluminación pero, desde el año pasado, voy a clase de baile también.

***

Sin poder evitarlo, suelto un silbido a medias entre la sorpresa y la admiración. ¿Iluminación? Creo que hay algo que me estoy perdiendo. Pero prefiero no opinar… todavía.

–Bueno, pues entonces estaremos juntos en clase, supongo… –apunto, encantada por dentro.

Lo cierto es que me pondría a dar botes de alegría, pero prefiero contenerme. Para avivar mi sensación de triunfo, él sonríe y asiente.

–Sí, imagino que sí.

Le devuelvo la sonrisa. El primer día de clase prometía ser horrible, pero esa predicción acaba de cambiar. Sin embargo, alguien más se aproxima en ese preciso instante, rompiendo ligeramente el hechizo del momento.

–¡Camille! ¡Madre mía! ¿eres tú?

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.