¡Buenos días, lectores cinéfilos!
¿Quién está ya de vacaciones de Semana Santa, que levante la mano? A mí aún me queda un poquito, el jueves seré libre (yuhuuuuu)
Mientras tanto, la actividad no para y os traigo nueva entrada. Esta vez, analizamos el último estreno de Disney: «Un Pliegue en el Tiempo»
El padre de Meg, científico de la NASA, desapareció hace cuatro años sin dejar rastro. Sus teorías sobre la traslación inmediata a través del Universo solo usando la mente han caído en la burla y la compasión hacia la familia, haciendo que el día a día de Meg en el instituto sea un infierno. Pero en ese cuarto aniversario, sin saberlo, algo cambiará en el mundo de Meg… Es la hora de darle la mano al Universo y encontrar a su padre. La cuestión es, ¿lo conseguirá?
Esta película, en realidad, es un remake de otra ya existente también de la factoría Disney y por tanto, una adaptación de la novela homónima de Madeleine L’Engle.
Como vemos, de entrada se ha cambiado el concepto «anticuado» de la misma, introduciendo una diversidad racial que no prácticamente existía su en origen (en la novela fijo que no, creo que en la película algo se introdujo pero muy sutilmente).
En cuanto al reparto, pocas críticas y bastante interés en esta incursión de Reese Whiterspoon en la fantasía como la señora «Qué». El mejor, sin duda, el niño que hace de Charles Wallace. De verdad, lo borda.
Respecto al posible, intuido y ¿fallido? Romance adolescente: Disney nos engaña como a bobos, o eso me ha parecido. No puede ser que le digas, señorito Calvin, a la señorita Meg que te gusta su pelo, que te acerques a menos de tres centímetros de su cara y le mires los labios y los ojos con expresión bastante poco inocente. ¿Para qué? Para luego al final despedirte con un abrazo y decir: «te llamo luego».
En serio, que sí, que es un cliché y todo lo que el mundo diga. Pero una cosa es hacer como en Vaiana, que no hay intenciones subrepticias en ningún momento. Y otra cosa es… ESTO. No, tú, han jugado con mis sentimientos, ¿eh? Eso no se hace…
(Y me da igual que tengan quince años, «peores» plazas se han toreado…)
En fin, terminando con la trama: el trailer es UN ENGAÑO COMO UN CAMIÓN. Prometía mucha más acción, más interés… Y luego resulta que la historia avanza a trompicones, con suspiros de acción en momentos muy puntuales separados por tramos de escenas que, no nos vamos a engañar, la reflexión que llevan intrínseca resulta interesante y necesaria, sobre todo para enseñar a Meg a creer en sí misma… Pero… Pero… Había veces que os prometo que yo decía: En serio, ¿y esto por qué?
Así que, en resumen, diría que ha sido una decepción bastante importante, que yo esperaba otra cosa y a pesar de los efectos especiales, no os aconsejo ir a verla al cine. Mejor esperad al blockbuster en casa una tarde de domingo con mantita, lluvia y sofá que no haya nada mejor que hacer. Entretenida, pero no buena.
Nota: 2/5.
¡Pasad buena Semana Santa y nos vemos a la vuelta! 😀 ¡Os quiero!