¡Feliz viernes, mis secuaces cinéfilos! Tras varias semanas sin posibilidad de pasarme por las salas, el sábado pasado pude acercarme a una de ellas –aprovechando mis pequeñas vacaciones, todo hay que decirlo- a ver la nueva película del gran Woody Allen.
Café Society se ambienta en la Norteamérica de los años 30, donde las mafias campaban a sus anchas y el cine empezaba a cargarse de glamour y a dar las grandes estrellas del momento. En ese ambiente, nuestro protagonista, Bobbie (Jesse Eisenberg), un muchachito de Nueva York, intentará hacerse un hueco en el luminoso mundo de las estrellas de Hollywood de la mano de su tío Phil (Steve Carell). Sin embargo, cuando conoce a la secretaria de este, Bonnie, y se enamora de ella, se dará cuenta de que, en verdad, no es oro todo lo que reluce. Ni siquiera en la cálida California.
Hay varias cosas que me gustaría apuntar de entrada sobre esta película: primera, que a los que les guste el estilo charlatán y a la vez filosófico de las películas de Allen, esta les va a gustar. Segunda, que quien busque las reflexiones y las escenas extrañas en las que los personajes se adentran sin querer en sus recuerdos por las calles de alguna ciudad fácilmente reconocible, se olvide; no lo va a encontrar. Y tercero: la ambientación y la aparente sencillez de la historia son los dos grandes puntos fuertes de la misma.
Respecto al reparto, confieso que me daba un poco de respeto volver a ver una película en la que saliese Kristen Stewart, especialmente después del chasco que me llevé con “Blancanieves”.Pero yo siempre he sido fan de Crepúsculo –más de las novelas que de las películas, que me decepcionaron en general por diversos motivos- y como Bella Swan, admito que tenía un pase; de hecho, en esta película me ha recordado mucho a ese papel, especialmente en escenas más dramáticas o incluso en las románticas. También debo decir que prefiero a la actriz con sus ojos claros naturales que con lentillas oscuras, dónde va a parar… Su interpretación es cierto que suele dejar bastante que desear, sobre todo si la comparamos con el elenco que la rodea. Pero también es cierto que considero, a título personal, que va mejorando poquito a poco. Francamente, me ha sorprendido en esta cinta.
Si pasamos a peces gordos como Steve Carell o Jesse Eisenberg, que creo que ya se ha hecho un hueco sobrado entre los mejores, no hay mucho que decir. Respecto al primero es la segunda vez que le veo en un papel más dramático y confieso que me gusta casi tanto como en modo cómico; el segundo, por otra parte, se me antojó mucho, tanto por las maneras del personaje como por la rapidez al hablar, a un joven Woody Allen. Por cierto, el director es el que narra la historia.
La trama, como comentábamos más arriba, es fundamentalmente amorosa y con algo de enredo pero sin caer en la telenovela ni en el exagerado o el ridículo. Conocemos la vida de Bobbie así como su familia y los diversos entresijos de la misma, considerando además que uno de sus hermanos es un capo de la mafia de Nueva York y eso le dará más de un quebradero de cabeza a nuestro joven protagonista.
Importante, para finalizar, el hecho de mantener lugares comunes y concretos para desarrollar la película, haciendo que el espectador se sienta cómodo y localizado, sin dar muchas vueltas.
Por tanto, creo que voy a darle un 4/5. ¿Me acompañáis en la próxima? ¡Se os quiere, hasta pronto!