¡Hola, hola, cinéfil@s! ¿Cómo empieza la semana? ¿Bien?
Ahora sí: ¿CÓMO VA MARZO? ¿Se nota que la primavera se acerca? Espero que sí y ya huela a buen tiempo, largos paseos, sol y flores en efervescencia.
Esta semana, pues, la comenzamos en el blog con una de las grandes películas revelación del final del año pasado, una producción de Netflix que, sin embargo, ha recibido algún que otro premio de la Academia de Cine norteamericana. ¿Sabéis de cuál hablamos?
La vida de Charlie y Nicole no pasa por su mejor momento. Su matrimonio se rompe sin que parezca haber nada que lo pueda evitar. Terapia de pareja, distancia… La tensión es patente cuando ninguno de los dos parece querer dar su brazo a torcer. Pero, ¿qué sucederá con el hijo que tienen en común? Nicole quiere ser actriz en Los Ángeles, donde está su familia, mientras que Charlie no dejará que nada se interponga entre él y el deseado estreno de su próxima obra en Broadway… ¿Nada?
RESEÑA
Pues sí. Mil perdones también de antemano. Confieso que esta reseña tenía que haber llegado hace bastante tiempo, digamos que después de Navidad; pero se traspapeló, literamente, hasta que la volví a encontrar. Mil perdones otra vez.
‘Historia de un matrimonio’, para definirla en tres palabras, diría que es «dura sin pretensiones». ¿Qué quiero decir con esto? Pues que, de entrada, puede parecer una película algo costumbrista y con un tema al que sacar jugo hasta el final; incluso, por qué no, tratando de darle esa visión «políticamente hiper-correcta» que emplea Netflix en muchas de sus producciones. Al menos, en los últimos años.
Yo, a título personal, admito que la quería ver en inicio porque sabía que Adam Driver era mucho mejor actor que lo que el señor Kylo Ren -que en paz descanse, por fin, después de tanta tortura soporífera… ehm- podía ofrecer. Por otro lado, ver a una Scarlett Johansson casi «al desnudo» (de alma, no de cuerpo), sin los quilos de maquillaje y la peluca rojiza de Viuda Negra, también era un soplo de aire fresco en estos tiempos que corren.

Por todo esto, empecé a ver la película -que, como podéis imaginar, no entra dentro de la categoría de mis elecciones habituales- iba con nerviosismo y con algo de prudencia, sin saber si quizá me iba a decepcionar o incluso aburrir por pecar de demasiado dramática.
Pues no. No rotundo. Me explico.
‘Historias de Matrimonio’ es una película que nos muestra, con una medida bastante acertada de realismo dramático, lo duro y tenso que puede ser un proceso de separación y posterior divorcio. La película se mete, a través de Johansson y Driver entre otros, en el fondo más profundo de lo que una pareja puede estar sintiendo a la hora de tomar una decisión tan drástica. Y con un crío de por medio, mejor no os cuento… El retrato del proceso, además, es «descarnado», como probablemente sea en la realidad.

Los abogados intentando sacar la mayor tajada posible, los dos miembros de la pareja siempre albergando esa duda de si están haciendo lo correcto y la parte inocente, el hijo de ocho años, intentando sobrellevarlo lo mejor posible mientras sus dos padres traen, queriendo o sin querer, de hacerle ver «lo bueno de su lado de la vida».
Y, al final… No os lo voy a destripar, pero a mí se me quedó una sensación agridulce en la boca del estómago. Algo en mí gritaba: «¡es que no podía acabar de otra manera!» y otra parte replicaba: «¡No, claro que no estoy de acuerdo con eso!». No sé, ahí sí que no hago destripe y prefiero que juzguéis vosotros mismos.

Por todo esto, creo que es una película muy recomendable de ver y, si es posible, mejor en versión original. Las actuaciones son de diez, sin excepción. Y a la mayoría de los que Adam Driver no os convencía por ser «el niño pataleta y feote de Star Wars», creedme: os vais a enamorar de él (como actor, malpensados…)
Por mi parte le doy un 4.75/5 a esta película y espero vuestros comentarios ❤ ¡Hasta la próxima sesión!